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Julen Urdaibai se enfrenta a su enésimo reto

El atleta bermeotarra vuelve a correr en el desierto en la Kalahari Augrabies Extreme Marathon, una prueba de ultrafondo en la que recorrerá 253 kilómetros en 6 etapas

Julen Urdaibai se enfrenta a su enésimo retoJ.U.

HA puesto a su cuerpo al límite tantas veces que sorprende la tranquilidad con la que habla de su próximo proyecto. El ultrafondista bermeotarra, que a sus 41 años ha encadenado algunas de las más grandes pruebas atléticas de larga distancia que existen en el mundo, se enfrenta a su enésimo reto: ha corrido sobre los paisajes helados de Antártida, sorteando algunos volcanes en Islandia, internándose en los cañones de Arizona, vadeando las dunas del Sahara, subiendo y bajando los picos alpinos entre Austria y Alemania o adentrándose en la densa jungla del Amazonas, pero volverá a correr en el desierto en la Kalahari Augrabies Extreme Marathon que disputará a finales de octubre en tierras sudafricanas. Deporte, aventura, superación y autosuficiencia se unen en una prueba de ultrafondo de seis etapas en las que recorrerá 253 kilómetros en total. Y en la que cualquier mínimo detalle le puede dejar fuera de combate.

“No corro por lograr un puesto, sino por ponerme a prueba. Y disfrutar conociendo nuevos entornos”, aduce, mientras hace lo que más le gusta: correr pruebas en las que, además del propio cuerpo, los atletas se enfrentan a los elementos. En este caso al calor, que tanto gusta al deportista de Bermeo. “La verdad es que me desenvuelvo mucho mejor con ese clima”, asegura, sobre una prueba para la que se entrena “a tope, aunque como los suelo hacer siempre”. Urdaibai suele encarar un reto nuevo cada año, y este 2015 no será diferente. El Kalahari, con hasta 35 desérticos grados de día y bruscas bajadas de la temperatura por la noche, le espera. Y él espera completar la prueba sin sobresaltos. “No aspiro a quedar entre los mejores, sino que la carrera pone a cada participante en su sitio”, agrega un hombre que durante los últimos años ha cosechado podios en las citas en las que ha competido. Su espíritu, no obstante, tira más hacia la aventura que la competitividad propiamente dicha.

“Me encanta la autosuficiencia. Acabar una carrera de 35 kilómetros y disfrutar de los pequeños placeres que te brinda” un campamento que compartirá con otro centenar de atletas llegados de diferentes partes del mundo. Él será el único vasco y estatal que parta desde la línea de salida. Entre esas pequeñas satisfacciones se podrían encontrar en degustar 100 gramos de jamón o de queso descansando tras una larga distancia acumulada en las piernas. “Corremos con nuestra comida de una semana a cuestas, además del saco, del material sanitario o de la ropa a cuestas. Hay que medir muy mucho todo lo que portamos”, apunta. Es el caso de las calorías que deberá meter en el cuerpo para encarar una prueba de ultrafondo típica: comenzará calentado con 25 kilómetros en la primera etapa, para después recorrer 34 en el segundo día, 40 en el tercero y 81 en el cuarto, tras el que llegará el merecido descanso. Ese será el punto de inflexión de una Kalahari Augrabies Extrem Marathon en la que pisará arena. Las dos últimas etapas constarán de 47 y 25 kilómetros. La cita se llevará a cabo del 22 al 29 de octubre.

Con una larga carrera en este tipo de carreras en las que la experiencia es un grado, Julen Urdaibai prefiere ser cauto. Le ha ido bien actuando de esa manera. “No me meto presión y trato de marcarme un ritmo para mí mismo sin mirar lo que hace el resto de corredores. Suficiente tendremos con recorrer tantos kilómetros y enfrentarnos a lo que nos depare el Kalahari”, advierte. Con animales salvajes que pueden salir al paso de los participantes, buscará “gestionar sus fuerzas. El día que me encuentre mejor estaré más arriba, pero hay que cuidar muchos detalles. La alimentación y el descanso pueden llegar a ser más importantes que la carrera en sí. Una simple ampolla, un resfriado por las temperaturas de las noches o no dormir cómodo te pueden tumbar. Así de simple”. Pero es que este ultrafondista corre contra sí mismo, gestionando los recursos disponibles junto a la dificultad que entraña correr tal cantidad de kilómetros en pocos días en citas que, además de la capacidad de cada participante se le suman “muchos más factores. No se corre solo en un día, si no que también hay que tener en mente lo que te viene después”, avala.

“Pero es que me gusta llevar mi cuerpo al límite y si además me llevo una experiencia inolvidable en entornos tan espectaculares, pues mejor. Me gusta esa vivencia que se forma entre los corredores”, con gestos que en algunos casos jamás se olvidan. Es el caso del año pasado en la Ice&Fire Ultra de Islandia, cuando Urdaibai se equivocó en la ruta pero el marroquí Mohammed Ahansal, a la postre vencedor de la prueba por delante del bermeotarra pero que en ese punto marchaba segundo, le indicó cuál era el camino tras salirse de la zona de carrera y dirigirse hacia un paisaje helado. “Fue un detallazo, teniendo en cuenta que deshacer los kilómetros recorridos por haberte confundido durante horas te pueden dejar K.O.”, rememora.

Partirá hacia Sudáfrica el 20 de octubre. Es una fecha lejana en el calendario, pero el atleta -que se gana la vida como profesor de educación física en la ikastola San Fidel de Gernika-Lumo- prepara a conciencia la cita, si bien las altas temperaturas del verano le están ayudando a aclimatarse. Conseguir la financiación necesaria -la inscripción en este tipo de pruebas atléticas tiene varias cifras- es otra carrera bien diferente. La ayuda que le llega viene de las manos de Haglöfs, marca que le equipa, y Overstims, que le proporciona la alimentación técnica que requiere. El resto sale de su bolsillo. “Con el paso de los años cada vez se me hace más complicado tocar puertas y que casi ninguna se abra”, asume.

No tira la toalla, aún así. Y dibuja un futuro en el que tratará de seguir compitiendo en pruebas de ultrafondo y autosuficiencia en las que “más que el puesto que te puedas traer a casa, guardas recuerdos imborrables en tu memoria. Paisajes, personas, situaciones... Las medallas y trofeos los tengo guardados en una caja en una esquina de casa, pero las vivencias te calan más hondo”, afirma. Mientras la salud le acompañe y aún sabiendo que “algún día será el momento de dejarlo”, parece que habrá Julen Urdaibai para rato. Por de pronto, su enésima aventura le llevará a correr en el Kalahari. A volver a poner su cuerpo a examen en un implacable desierto del que espera salir victorioso del reto.