bilbao - A Fanny Blankers-Koen le regalaron una bicicleta por sus cuatro medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Londres de 1948. De su mismo país, Holanda, ha surgido una más que digna heredera, Dafne Schippers, a la que ayer regalaron admiración en Pekín después de que se impusiera en la final de los 200 metros. Fue importante lo que hizo, ganar el oro, y tanto más cómo lo hizo. La atleta de Utrecht venció con una marca de 21.63 que sacó de los libros uno de los más viejos y sospechosos récords del atletismo europeo, que tenía Marita Koch desde 1979 cuando en la antigua Alemania Democrática reinaba el dopaje sistemático.
El registro de Schippers es, asimismo, la tercera mejor marca de todos los tiempos y solo tiene por delante los 21.34 de Florence Griffith y los 21.62 de Marion Jones, otras dos atletas rodeadas por la sombra de la trampa. El mérito de la holandesa es, por tanto, enorme, más aún después de especializarse en la velocidad en tiempos recientes tras aparcar el heptatlón. Las jamaicanas Elaine Thompson (21.66) -quinta marca de todos los tiempos, a dos segundos del récord del país de Merlene Ottey- y Veronica Campbell-Brown (21.97) la obligaron a apretar tras una pésima curva y remontar en el último metro e hicieron que no se notara las ausencias de Shelley-Ann Fraser-Pryce, la campeona de 100 metros que renunció a última hora, y de Allyson Felix, la campeona de 400.
“No me entraba en la cabeza que hubiera logrado ese tiempo. Lo primero que pensé fue que el cronómetro se había estropeado”, confesó Dafne Schippers, la heredera de Blankers-Koen, la nueva flying dutchwoman (holandesa voladora), que es la segunda atleta que gana los 200 metros en un Mundial después de la rusa Anastasiya Kapachinskaya, que lo hizo en 2003, y la primera europea que baja de 22 segundos en 20 años.
Fue el día de la velocidad blanca en el Nido de Pájaro ya que en la prueba de los 100 vallas la jamaicana Danielle Williams (12.57) se impuso por delante de la alemana Cindy Roleder (12.59) y la bielorrusa Alina Talay (12.66). Llamó la atención la ausencia de estadounidenses en el podio después de que las siete mejores marcas del año fueran de atletas de ese país.
China vivió su rato de gloria bien temprano ya que Hong Liu dio a los organizadores del Mundial su primera medalla de oro. Fue en los 20 kilómetros marcha, que no contaron con atletas de Rusia donde se detectó un dopaje generalizado. Así, las atletas locales dominaron la prueba y segunda fue Xiuzhi Lu, entrando a la par que su compatriota. El bronce fue para la ucraniana Lyudmila Olyanovska.
La quinta final del día, las del salto de longitud femenino, también tuvo un magnífico nivel ya que las tres medallistas pasaron de los 7 metros, algo que no ocurría desde 1991. Se impuso, diez años después, la veterana estadounidense Tianna Bartoletta (7.14) por delante de la británica Shara Proctor (7.07) y la serbia Ivana Spanovic (7.01).
soberbio eaton El decatlón también anuncia una gran marca ya que Ashton Eaton cerró las cinco pruebas de la primera jornada con 4.703 puntos. El estadounidense se marchó a descansar después de hacer 45 segundos justos en los 400 metros y colocarse en disposición de abordar hoy su récord del mundo de 9.039 puntos.
En la penúltima jornada del Mundial, donde la veterana Ruth Beitia buscará en la final de salto de altura la segunda medalla para la selección española, la atención volverá girarse hacia Usain Bolt y el relevo 4x100 metros. El duelo entre Jamaica y Estados Unidos se promete espectacular, aunque es posible que Bolt y Gatlin se reserven en las eliminatorias matinales por puro cansancio.
Eso será en torno a las tres de la tarde de Euskadi, pero una hora y media antes se disputará la final de los 5.000 metros con el británico Mo Farah en la salida dispuesto a atrapar su segundo oro para discutirle a Usain Bolt la condición de rey de un Mundial que está dejando grandes registros.