Maldito Ojo de Halcón
Andy Murray se lleva una final desordenada que David Ferrer tuvo en sus manos
bilbao. David Ferrer maldice la hora en que inventaron el Ojo de Halcón. Ese instrumento que se utiliza para aclarar dudas y llevar la justicia al tenis clavó ayer un rejón de muerte al tenista alicantino y puso la final en manos de Andy Murray, que se anotó la victoria en el desempate del tercer set (2-6, 6-4 y 7-6) tras 2 horas y 45 minutos de juego y saltó al número 2 del mundo tras prolongar el gafe del tenis español con el torneo que toda la vida se ha conocido como de Cayo Vizcaino y que se ha considerado el quinto Grand Slam.
Con bola de partido a su favor, Ferrer solicitó revisar un envío del escocés que ya había devuelto. En ese todo o nada, el de Jávea se precipitó y la vista le traicionó porque la bola tocó la línea solo por unos pocos milímetros. El punto cayó del lado de Andy Murray mientras David Ferrer se arrodillaba en el cemento de Crandon Park lamentando su suerte y ya con molestias en el cuádriceps por las que había sido atendido. El escocés salió del apuro y enfiló hacia su noveno título en un Masters 1000. El alicantino, física y anímicamente hundido, solo pudo hacer un punto más en un tie-break que para él fue una tortura.
Después, Ferrer reconoció que la de ayer fue la derrota "más frustrante" de su carrera, por la forma más que por perder la posibilidad de anotarse su segundo Masters 1000. Desde luego, difícilmente tendrá una oportunidad mejor. "La bola fue muy justa, las ganas de que fuera mala me hicieron pedir esa bola. Tampoco puedo arrepentirme, era lo que sentía, no puedo volver atrás. Murray metió la bola y fue justo vencedor y ya está", lamentó tras un resultado que quiere "olvidar pronto". "David es un guerrero, nunca se rinde", le ponderó el vencedor.
Esos milímetros que la pelota ocupó sobre la línea y la determinación que mostró el británico después para superar también sus problemas físicos decidieron una final desordenada y durísima en la que Ferrer dominó con claridad el primer set para ceder la iniciativa en el segundo. La agonía llegó en el tercer parcial ya que hubo ruptura de servicio en los seis primeros juegos. Andy Murray tenía su saque para ganar en el décimo juego, pero el alicantino, resistente al máximo, remontó para colocarse a las puertas de la victoria. Si no hubiera existido el Ojo de Halcón, el partido habría seguido, con los dos jugadores cambiando golpes desde el fondo, pero David Ferrer cedió la palabra a la tecnología y se equivocó.
ranking agitado Ni siquiera le puede consolar que salga de Miami con el cuarto puesto en el ranking mundial, desbancando de nuevo al ausente Rafa Nadal. También Andy Murray asciende un puesto con su victoria y relega a Roger Federer, que tampoco jugó el torneo, a la tercera posición. De esta forma, por primera vez desde 2003 el balear y el suizo están fuera de las dos primeras posiciones de la ATP. Es también la segunda vez en su carrera que el de Dunblane ocupa esa posición, aunque para la anterior haya que remontarse a las cuatro semanas que la mantuvo desde el 17 de agosto de 2009. Novak Djokovic, pese a caer en octavos de final ante el veterano Tommy Haas, sigue firme en lo más alto para iniciar la temporada europea de tierra.