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ya es hora de que se olvide", reclama Joseba Olaeta al mentarle la histórica foto en blanco y negro en la que aparece alzando el trofeo de subcampeón de Copa en 1991. "Nos da igual perder ese protagonismo. Son veinte años y ya es hora de que se olvide y se haga lo mismo o mejor", desea quien fuera capitán del Gernika hace veinte años y ahora preparador del segundo equipo. "Tú estás contribuyendo también ahora. En cuartos de final jugaron dos de tus chavales y eres parte de la foto", le recuerda Jesús Mari Goikolea, míster basurde en la época gloriosa.

El Gernika Rugby Taldea era un recién ascendido y, como hoy, también entonces tuvo que hacer frente a El Salvador, entonces en cuartos de final, al que venció. Ambos coinciden en que el duelo de hoy "está al 50%" y recuerdan que en 1991 "éramos menos favoritos que ahora. Pienso que ni los jugadores creían en ganar", sugiere Goiko. "Ni pensar", reconoce Pollito. El Salvador había ganado esa Liga sin perder un solo partido y solo hincó la rodilla en Gernika.

"Todos le jugaban atrás porque tenía una delantera potente y nosotros éramos los únicos que les jugábamos delante. No se lo esperaban. No pudieron dominar en las touché para jugar las moles y no pudieron hacer su juego", desgrana Olaeta. "Jugamos muy bien, ellos no supieron cómo hacerlo... Tenían un argentino, Baek, que había jugado en su selección, y acabó tan desesperado que le expulsaron", narra Goiko. "Le desesperó Abeliño -Abel Agirre-", añade el veterano capitán.

Tras la victoria ante El Salvador, en la semifinal ante el VRAC los gernikarras estaban "creciditos" -reconoce Olaeta- y vencieron "tranquilamente", presume Goiko. "Fue un día raro, era huelga en Gernika y la directiva tuvo muchas presiones para no jugar, pero los jugadores dijeron que había que jugar. No fue fácil estar centrado a lo que había que estar", rememora el míster. "Tras ganar nos fuimos de juerga a Ibarrangelu -recuerda Olaeta-. Aunque muchos no lo crean nos cuidábamos mucho". Pese a que la derrota ante el Getxo empañó un poco aquel gran año, en el recuerdo de la familia verdinegra siempre ha quedado un dulce sabor de aquella época.

Era un equipo de casa, con solo un jugador foráneo; de Ondarroa. "No había figuras, era un equipo muy compensado", coinciden. Ahora los tiempos han cambiado y los extranjeros han contribuido a llevar al Gernika a la élite. "El rugby es diferente. El nivel también. No se puede comparar entre ambas épocas; nosotros jugábamos entonces y los de ahora lo hacen ahora", sentencian.

Urbieta será hoy una fiesta, en la que el público deberá llevar en volandas al equipo. "Eso nos favorece, pero son dos equipos muy iguales, con dos delanteras muy fuertes y el que haga menos errores y tenga un poquito de suerte va a ganar", avanza Olaeta. "Ellos son veteranos, han jugado muchas finales y tienen un saber estar", advierte quien fuera conocido por sus pupilos como Aita.

La afición gernikarra está muy ilusionada con la eliminatoria, algo que Olaeta asume. "Hay que hacerse ilusiones, y pensar que se va a llegar a la final, luego si se pierde se ha perdido". "Es una final anticipada", evalúa el míster. El grado de ilusión que sobrevuela Gernika solo es comparable a los nervios que ya atenazan a los Basurde Zaharrak. "Me imagino que con el paso de los minutos nos pondremos más nerviosos", asume Goikolea. "Imposible estar tranquilos", se resigna Pollito. Tal vez en breve alce otro premio; una foto con un basurde blandiendo un trofeo. Esta vez en verde y negro.