Con el paso de los años, las generaciones al cargo de la gerencia de Tejidos Rafael Matías se han ido sucediendo. Concretamente, a día de hoy, Arantza Matías, la tercera generación de la saga, es quien lidera el negocio.

¿Ha cambiado mucho el sector textil desde su abuelo a usted?

Mucho, muchísimo. Hace treinta años comprar el tejido era lo habitual. Hoy, en cambio, la mayoría de las mujeres compran la prenda ya confeccionada. Hace unos años, en Rafael Matías vimos que el sector iba a evolucionar y supimos crear el artículo adecuado y adaptar la colección para convertirnos en proveedores de las industrias que nos robaban las clientas. Además mantuvimos nuestra tienda en la calle correo en la que seguíamos ofreciendo tejidos para comprar por metros. Si una mujer busca exclusividad, calidad o una prenda diferente y a medida lo encontrara con seguridad en nuestra tienda

¿Qué diferencia su comercio de otros?

La nuestra es una tienda tradicional. Todos los detalles son importantes pero la atención personalizada es para nosotros prioritaria. En esa línea hemos puesto en marcha durante unos días un servicio de consultoría de imagen gratuito, de la mano del experto Pedro Pérez de Biñaspre, de la empresa Consuimag. Pedro estará unos días en la tienda aconsejando a nuestras clientas sobre qué es lo mas favorecedor según su físico. Tentador, ¿eh?

Por tanto, tradición no está reñida con innovación como mucha gente cree, ¿no?

En absoluto. El catálogo que utilizamos para venta a distancia y que repartimos entre los profesionales de la costura por toda la Península, ahora ha roto fronteras y puede ser consultado de forma interactiva en nuestra página web: www.rafaelmatias.com. Por cierto! recientemente también hemos creado un pequeño espacio de venta en la web con nuestros productos outlet.

Estando la situación como está, ¿asusta la responsabilidad de mantener a una plantilla compuesta por más de treinta trabajadores?

Contar con un personal tan cualificado y con la experiencia de la gente que trabaja en nuestra casa es una de las mayores ventajas con las que cuento. La otra es haber tenido al mejor maestro: Rafael Matías.