La primera vista pintada de Bilbao se expone en la nueva plataforma digital del Bellas Artes
Ha sido adquirido por 200.000 euros para la pinacoteca y se puede conocer en bilbaomuseoa.eus
El primer cuadro pintado de Bilbao, datado en 1700, ya se puede conocer con todos sus detalles a golpe de ratón. Vista de Bilbao fue encargado por un comerciante inglés que vivió y que progresó económicamente en la villa en el siglo XVIII. El cuadro, hasta ahora inédito, ha sido adquirido por el museo por 200.000 euros y se expondrá a partir del 8 de octubre en el edificio moderno, una vez reabierto tras su ampliación.
Pero aunque todavía no se puede conocer físicamente sí se puede ver con todos su detalle en el nuevo espacio digital que el museo de Bellas Artes de Bilbao ha presentado esta mañana. Un ambicioso proyecto que se suma a la ampliación física de Agravitas para albergar el conocimiento de la institución y hacer accesible su patrimonio artístico, documental y curatorial.
bilbaomuseoa.eus
La nueva plataforma digital “es la otra ampliación del museo. La transformación no se limita a lo arquitectónico, al igual que la ampliación de las instalaciones Bilbao este proyecto responde a la visión que tiene el museo de ser una institución al servicio de la sociedad para difundir el arte y el conocimiento. La plataforma bilbaomuseoa.eus lo hace superando además las barreras físicas”, ha explicado Elixabete Etxanobe, diputada general de Bizkaia y presidenta del Patronato de la Fundación del Bellas Artes.
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Acompañada por el director del museo, Miguel Zuzaga, Javier Novo y responsables del proyecto digital, han desgranado cómo funciona esta ampliación digital, que se basa en un grafo de conocimiento y un potente metabuscador que conecta todos los contenidos del museo, colecciones, archivo histórico, biblioteca, fondos documentales, exposiciones...
Uno de los aspectos clave es el metabuscador, que permite búsquedas globales de obras, exposiciones, referencias bibliográficas o documentos de archivo de un artista, pero también bajar al detalle obras de la colección por artista, época, tema, técnica, soporte, número de inventario, personajes y lugares representados, fondo artístico o referencias bibliográficas.
Encargado por un comerciante inglés
Entre las miles de historias que muestra la nueva web está la primera vista de Bilbao, de la que no se conoce su autoría y que, sin duda, será una de las más visitadas durante los próximos días por el testimonio que ofrece. “Ha sido adquirido hace unos meses gracias al apoyo una vez más de las instituciones y ahora está en proceso de restauración dentro del programa de Iberdrola y se presentará físicamente dentro de unas semanas como parte del programa reinaugural del edificio de 1970”, ha adelantado Miguel Zugaza, director del museo bilbaino.
El cuadro encargado por el comerciante inglés John Seale, afincado en la villa. “Antes de esta pintura solo conservábamos imágenes grabadas, muy de base, pero en este caso, además de la vista tradicional desde Miribilla, nos ofrece en su base una segunda vista del Bilbao, una vista inédita. Desde bilbaomuseum.eus cualquier persona puede acceder a una imagen digital de la obra con la selección de detalles de la arquitectura, el urbanismo y el extraordinario protagonismo que toman en el cuadro las bilbainas y los bilbainos en sus quehaceres cotidianos a finales del siglo XVII”, según Zugaza.
El reciente hallazgo de esta vista inédita de Bilbao ofrece una nueva perspectiva sobre la evolución histórica y urbanística de la ciudad. “Se trata del único testimonio visual de un momento crucial para la villa en plena transformación y su representación pictórica más antigua hasta la fecha. Posee, por tanto, un enorme valor histórico y documental, reforzado por su monumental tamaño (206,5 por 270 cm)”, explica en la web Javier Novo.
La vida de bilbainos y bilbainas
El artista, aún desconocido, realizó la pintura desde Miribilla, desde donde también se tomó la primera imagen conocida de Bilbao, publicada en 1575 en el Civitates Orbis Terrarum, el primer atlas de ciudades del mundo. Con esta perspectiva recogió una amplia panorámica del suroeste, aunque la desembocadura del Abra aparece algo achatada a la izquierda. La parte inferior incluye una visión de Bilbao La Vieja, denominada entonces Allende la Puente, en la primera representación conocida de este lugar. La pintura señala el papel central de la ría en la villa económica y social.
“En el cielo nublado, en el que vuelan unas pocas gaviotas, destaca la presencia de una gran figura alada que sostiene un paño con el nombre y el emblema de la ciudad, lo que le da un carácter protector”, prosigue Novo.
Basílica de Begoña, paseo fluvial de Deusto...
Bajo las montañas se alzan importantes edificaciones, comenzando a la izquierda por la Basílica de Nuestra Señora de Begoña con su torre original del siglo XVI, destruida durante la primera guerra carlista en 1835. A la izquierda de la Basílica, se ve la calle de la Sendeja, que lleva al antiguo convento de San Agustín, donde ahora se ubica el ayuntamiento. También se muestra el paseo fluvial de Deusto, con la iglesia de San Pedro y otra hacia Olabeaga, donde se percibe la actividad naviera de este enclave portuario previo a Bilbao. También se reconoce la iglesia de San Vicente Mártir en la anteiglesia de Abando, que conserva su forma original y en el extremo izquierdo, la primera ermita de San Mamés.
En la Plaza Mayor la vida bulle por la pujanza de la ría de Bilbao. Aquí se mezclan las aldeanas de los caseríos que venden verdura o los arrieros cargados de sacas de lana, los marinos con remos al hombro y los comerciantes distribuyendo las mercancías recién desembarcadas.
El vínculo del comerciante inglés John Seale estuvo ligado al comercio de comestibles en Bilbao, especialmente al bacalao de Terranova. Esta imagen de Bilbao debe interpretarse como fruto del profundo afecto que sintió hacia la ciudad y sus gentes, pero también como el deseo de mortalizar el origen de su fortuna y prestigio social. Sin embargo, el destino truncó su tranquila vida. Seale se vio forzado a abandonar la ciudad de forma abrupta en 1702, cuando fue expulsado junto a todos los compatriotas al declararse la guerra de Sucesión Española. Este cuadro, con su vista de Bilbao, siempre permaneció en la familia hasta que fue recientemente subastado y luego ofrecido al Museo de Bellas Artes de Bilbao. Su hallazgo actual es un feliz e inesperado reencuentro con la ciudad que él tanto amó.
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