El músico británico Richard Hawley, uno de los más lúcidos de esa generación que va camino de los 60 años y exguitarrista de Pulp, ya había publicado dos álbumes, Late Night Final y Lowedges, cuando nos enamoró con Coles Corner, un tercer trabajo repleto de canciones bonitas marcadas por los sonidos vintage de los años 40, 50 y 60 del rock’n’roll tamizados por arreglos de pop de cámara, country y rock ‘n roll. Sin duda su mejor disco, se reedita ahora, ampliado con caras b, versiones y tomas en vivo en su vigésimo aniversario.

En un artículo previo sobre este músico británico de tupé, voz de barítono y labio leporino, le definíamos como un compositor de canciones bonitas. Y eternas también, bruñidas con esa calidad que atesoran los clásicos atemporales. Y aunque nunca ha publicado un disco malo, la obra maestra de este ciudadano británico de Sheffield es Coles Corner, su tercer álbum, reeditado ahora en versión ampliada cuando se cumplen dos décadas de su publicación.

En la ceremonia de entrega de los Mercury Prize de 2006, los premios más importantes de Reino Unido, los Arctic Monkeys arrasaron con su debut, Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not, y cuando recogieron uno de los varios galardones no tuvieron más remedio que reconocer que su paisano Hawley había sido robado al no ser premiado por Coles Corner., disco ahora reeditado y que fue grabado en Sheffield y coproducido con Colin Elliot y Mike Timm.

Hawley siempre tiene algún recuerdo orgulloso para su ciudad natal en sus discos y portadas, como demuestra la de su último trabajo, In This City They Call You Love, en la que aparece la estación eléctrica de Moore Street, icono post industrial de Sheffield. Ya hace 20 años nos presentó su tercer disco con otra imagen ligada a su tierra, la esquina de Fargate y Church Street, en el exterior de unos grandes almacenes conocidos como escenario de las primeras citas de los enamorados locales.

‘Crooner’ orquestal

Con esa portada repleta de nostalgia y romanticismo exacerbado se presentaba un álbum que se abría con las cuerdas deslumbrantes y los arreglos orquestales de la canción titular, con aires de vals, un piano delicado y una sección rítmica de leves aires jazz. Y, claro, su profunda voz de barítono recorría las frías y brillantes luces de la ciudad entre el tráfico, en dirección hacia el centro de Sheffield, “donde hay música y las voces llenan el aire”, donde la vida fluye sobre los ríos en dirección hacia la oscuridad. Y allí, en esa esquina, con un ramo de flores soñaba con alguien que le esperara “con una sonrisa y una flor en el pelo”, para dejar atrás la oscuridad.

No le va a la zaga en encanto orquestal The Ocean, la otra gema sinfónica de Coles Corner, con su introducción misteriosa, su melodía atemporal, una guitarra que se superpone a las cuerdas y a una voz que canta “te amo porque me guías hacia el océano” en una canción, al parecer, dedicada a la ciudad y al río Sheaf, que “ayuda a sanar el corazón”. El encanto atemporal del repertorio discurre por referencias al pop, el rock y los estándares de los años 40, 50 y 60, del guiño al skiffle del trotón Just Like the Rain, donde las lágrimas del protagonista suenan “como la lluvia” al caer al suelo, a la belleza nostálgica de Hotel Room –canta “aquí entre mis brazos” y te derrites– o esa evocación del Elvis más romántico que es Darlin’ Wait for Me.

Born Under A Bad Sign es otra de esas baladas acústicas y sentidas marca de la casa, en este caso sobre un personaje marcado por la mala suerte y obligado a pagar un alto coste por vivir. Su solo de guitarra apenas supera los 10 segundos pero tardarás en olvidar su sonido saturado y vibrante. Entre aires de folk desnudo se mueve (Wading Through) The Waters of My Time, y el lamento de I Sleep Alone, repleto de oscuridad y soledad, evoca al gran Johnny Cash a ritmo de country rock.

El disco se completa con una versión, con aire de canción de cuna, de Who’s Going to Shoe Your Pretty Feet, que descubrimos con Woody Guthrie aunque sus versiones son incalculables, incluida una muy pop de The Everly Brothers y otra más reciente de Norah Jones con Billie Joe Amstrong; el instrumental onírico y muy David Lynch Last Orders y el ejercicio crooner que es Tonight, con un protagonista deprimido cuyo único objetivo es “conducir y ver adónde me lleva la carretera”.

Ampliado disco de canciones emotivas, románticas y sentidas, la reedición se amplía con otro disco de inéditos. Ahí despuntan versiones single de The Ocean, Just Like Rain y Born Under a Bad Sign; tomas orquestales de composiciones como Hotel Room, otras en directo, en acústico, de cortes como Can Your Hear the Rain, Love? o Young and Beautiful; varias maquetas del tema que titula el álbum, una colaboración con Hank Marvin.…

En el capítulo de las versiones, obligado reseñar las de Some Candy Talking, de los ruidistas Jesus & Mary Chain, en clave de refulgente folk rock, y la del clásico Long Black Veil, balada country de 1959 escrita por Danny Dill y Marijohn Wilkin, grabada originalmente por Lefty Frizzell y conocida por ser revisionada por The Band, Johnny Cash y los irlandeses The Chieftains junto a The Rolling Stones. No ha inventado nada, pero su dominio de las melodías, su depurada y emocional técnica a la guitarra y su capacidad para componer canciones bonitas hacen de Hawley alguien imprescindible al que acudir con asiduidad, especialmente en joyas como la que nos ocupa.