Hace siete meses mis amigas y yo compramos el bono de tres días del BBK Live, pero lo que no sabía entonces era que iba a disponer de estas líneas para poder compartir mi experiencia con los y las lectoras de Deia a modo de diario. Es por ello que la emoción se ha multiplicado y este arranque del BBK Live 2025 sabe mucho mejor. Este festival y todo lo que lo rodea ha sido nuestro monotema sobre todo este último mes cuando hemos rememorado todas las anécdotas que nos dejó la edición del año pasado. La de 2024 fue nuestra primera experiencia y lo pasamos tan bien —a pesar de que el cartel fue bastante flojito—, que en cuanto vimos los artistas de este año, no nos lo pensamos ni un momento. Apoquinamos la cantidad correspondiente y empezamos a tachar días en el calendario. Además, la vida es tan caprichosa que las dos personas del grupo que cumplimos años el mismo día, lo celebraremos de nuevo en Kobetamendi esta vez a ritmo de Bad Gyal y Amaia.
¿Se puede pedir algo más? Bueno, sí, que no llueva, pero parece que por lo pronto hoy y mañana nos libraremos y las previsiones para el sábado todavía pueden cambiar. Y bueno, que los outfits nos queden tan bien como pensamos, porque nuestra preocupación de las últimas semanas ha sido encontrar los mejores para estos días. El año pasado pecamos de novatas y arriesgamos poco teniendo en cuenta el juego que da un evento de estas características en el que ni la prenda más rocambolesca desentona. La gente aprovecha para ponerse eso que no le encaja en ninguna otra situación y parece que las vergüenzas y los prejuicios desaparecen durante estos días.
La clave del outfit
Personalmente no me dejo llevar por aquello de “para presumir hay que sufrir”, porque lo que priorizo por encima de todo es la comodidad. En los pies, zapatillas sí o sí. De esas que están viviendo sus últimos días y que puede que el domingo acaben en la basura. Después, pantalón corto vaquero o negro que pegan con todo, y ya sí, una parte de arriba más llamativa. Aquí es donde aprovecho para sacar a relucir alguna de las camisetas de fútbol de mi colección, que pegan mucho en estos casos. Y con esto más una riñonera tamaño XL para meterlo todo (bocata incluido) y unas gafas estilo techno para cuando toque ir a Basoa, ya tendríamos el look completo para disfrutar de lo que venga. Ah, sí, y lo más importante de todo: la pulsera del BBK Live bien cargada de dinero, porque el agua con misterio que sirven en Kobetas está a precio de oro.
El plan de este jueves es tantear el terreno. Subir sobre las 20.00 horas en el bus que sale desde Capuchinos y una vez arriba, recorrer todo el recinto para ubicar dónde está cada cosa y marcar un punto de encuentro en caso de pérdida (algo que siempre decimos y nunca cumplimos). Una vez aterrizados, y teniendo en cuenta que el año pasado nos resultó bastante fructífero, uno de nuestros objetivos es volver a participar en todos los juegos que podamos para ver si ganamos algún descuento en vuelos, una camiseta o simplemente un rato de risas. El año pasado mi tocaya de cumpleaños y yo conseguimos una cena + tour por el backstage simplemente por hacer cuatro tonterías frente a la cámara de un influencer, así que este año también vamos a por todas.
Después, suponiendo que el buen tiempo nos brindará buena luz, aprovecharemos para hacer las fotos de rigor para documentar nuestros outfits, que tanto trabajo (y dinero) nos han costado. Además, nosotras también hemos sucumbido a la moda de las cámaras digitales de los 2000 que le dan un toque mucho más guay y moderno a las fotos. Así que una vez cumplidos estos objetivos, tocará dejarse llevar por la música e ir rotando por los diferentes escenarios. La verdad es que ninguno de los artistas del día nos hace especial ilusión, así que nos dejaremos llevar por la gente hacia el concierto de Pulp. Lo mismo nos pasó el año pasado y al final terminamos por descubrir grupos que nos sorprendieron gratamente. La idea es retirarnos pronto porque el viernes y sábado se prevén intensos. ¿Cumpliremos? Mañana os lo cuento.