La próxima edición del Bilbao BBK Live contará con varias iniciativas de sostenibilidad social y medioambiental. Este año destaca la implementación de un programa de inclusión social que promueve la participación de colectivos en situación de vulnerabilidad. La fundación bancaria BBK y el festival refuerzan su colaboración con un objetivo compartido: generar un impacto positivo no solo a nivel cultural, sino también en el ámbito social y medioambiental.
Así lo han anunciado este viernes Nora Sarasola, directora de la Obra Social de la Fundación BBK, y Paloma Orte de la Peña, directora de Sostenibilidad de Last Tour, promotora del festival. Una de las iniciativas más destacadas es la organización de visitas solidarias, gracias a las cuales unas 83 personas pertenecientes a las entidades sociales Askabide, Zubietxe, Cruz Roja, Norai Elkartea, Gorabide y Cáritas Bizkaia podrán disfrutar del festival en un entorno seguro, accesible y acompañado. "Queremos consolidar esta iniciativa, que es mucho más que hacer un recorrido por el entorno del festival durante dos días", explican. "Tenemos ganas de que se lleven una buena experiencia en estas visitas guiadas, en las que el personal del festival acompañará a cada grupo", relatan.
Además también se ha firmado un convenio de colaboración con la Fundación Síndrome de Down del País Vasco, mediante el cual siete personas con discapacidad intelectual participarán activamente en el evento, desempeñando tareas de apoyo logístico en el zona del camping. "Con esta iniciativa apoyamos la inclusión del empleo en el festival", ha declarado Sarasola.
Un festival más sostenible
Según ha relatado Orte de la Peña, en el festival continúan su compromiso con la sostenibilidad y el respeto al entorno natural de Kobetamendi. Y un año más, se han aplicado criterios de integración paisajística tanto en el diseño como en la disposición del recinto, con el fin de minimizar el impacto visual y ambiental. Para facilitar un acceso sostenible, se fomenta la llegada al festival a pie o en transporte público desde diferentes puntos de Bilbao.
Asimismo, los escenarios han sido diseñados siguiendo principios de economía circular. Un claro ejemplo es el escenario Nagusia, cuya estructura y decoración incorporan materiales reutilizados de la pasada edición. Esta medida no sólo reduce el consumo de recursos, sino que también contribuye a la reducción de residuos y emisiones. Este espacio es un punto de encuentro en el que se hace visible el compromiso del festival con las personas, el territorio y la diversidad. Esta zona acogerá varios puntos de información y atención como el punto violeta, entre otros, que sensibilizará, informará y promoverá la prevención frente a cualquier tipo de violencia machista o sexista.