Conocida por muchos como La Mari, y por otros tantos como Chambao, María del Mar Rodríguez Carnero (Málaga, 1975) no ha parado ni un momento y ahora, ocho años después de su último disco, se acerca a Bilbao este 9 de diciembre para presentar En la cresta del ahora, con doce canciones -más bien historias- donde se respira aire fresco y el cuerpo se contagia del movimiento. Pero, ¿cómo ha sido su camino para llegar hasta donde está ahora?

Volvemos a tenerla de gira con nuevo disco, y de nuevo vuelve a Bilbao. ¿De dónde nace ahora este disco? 

No he llegado a no estar en marcha, la verdad, pero no había sacado disco nuevo. Hace ocho años que no saco disco, quitando la pandemia que nos ha parado a todos, y este disco ahora surge de las ganas de querer compartir nuevas vivencias, nuevas músicas, con quien quiera disponer de ellas. Son doce historias muy personales, que surgen desde las ganas de hacer, desde la acción, desde las ganas de expandirte y de florecer, como dice una canción. Ganas de seguir mostrando este tipo de inquietudes y de vivencias traducidas en ganas, en ilusión, en andar por la vida. 

Lo hace además con un aire muy fresco, que siempre es bien recibido. ¿Cómo la acoge el público vasco cuando se acerca por aquí? 

Para mí es como estar en casa, la verdad. No hay distinción entre norte y sur. Creo que más bien son generalizaciones y unas categorías y etiquetas que nos ponemos, pero ni en el sur tenemos más arte que en el norte, ni en el norte son más fríos que en el sur. De hecho, somos todos lo mismo. Hace muchos años que empezamos a ir. Digo empezamos, porque cuando empecé en Chambao éramos cuatro en 2001, y desde 2005 me quedo sola como Chambao, y ahí viene un poco el jaleo personal de cómo me llamo ahora, si La Mari, si Chambao... (risas). Y decidí seguir llamándome Chambao aunque estuviera sola. Lo demás son músicos que se eligen, que muchos son ya familia, y para mí el norte me recibe con las mismas ganas con las que yo voy para allí.

“Me pongo al servicio de la música; no importa si me llamo La Mari, Chambao...”

Corríjame si me equivoco, pero estoy segura de que el público así lo siente. Creo que ya no podemos distinguir La Mari de Chambao, ni Chambao de La Mari. 

(Risas). Ya... Se me ocurre el ejemplo de Esne Beltza, que es un grupo bastante conocido. Su cantante es Xabi Solano, y hay gente que cree que Esne Beltza es Xabi Solano. Lo que pasa es que él no es Xabi de Esne Beltza. A mí de apellido sí me ha tocado La Mari de Chambao (risas). Creo que es normal. Es algo que te sale natural. Dentro del vaivén de nombres a mí hay veces que hay gente que me cruzo que no sabe mi nombre y me dice “Ay, tú eres la Chambao”, y me hace mucha gracia porque es como muy castizo. Partiendo de que para mí lo que hago es ponerme al servicio de la música, no importa realmente si me llamo Maribel, Chambao, María del Mar, La Mari o como sea. En mis carnes, en mi corazón y en mi cabeza también me pasa lo que la gente me cuenta que le pasa con la música de Chambao. 

Hay canciones suyas que han pasado ya a la historia. ¿Siente que la música tiene que contar, transmitir, concienciar o reivindicar...? 

Yo creo que la música es música y habla de puros sentimientos. Los acontecimientos que nos van ocurriendo se repiten en la historia. Chambao a lo largo de la historia, de estos 23 años, no es que haga canciones reivindicativas, sino que en alguna ocasión sí ha surgido alguna temática que puede sonar más reivindicativa. Pero básicamente las letras de Chambao sobre todo hablan de la vida, la muerte y del amor al cuidado. La mayoría de canciones que triunfan, además, hablan de amor. A mí me ha tocado hablar de amor desde otro punto. No me sale escribirle al amor romántico. Es precioso, pero tengo otras inquietudes que van más allá del amor romántico. A todos nos gusta sentir y vivir este amor romántico, y tener una persona como compañera y compartir, pero realmente me siento como más comprometida con el para qué estoy aquí y qué hago aquí. Creo que por eso suelo escribir más por otras vertientes. Nunca me he parado a pensar en el porqué. Yo creo que, como te decía antes, soy un mero canal, y lo que venga ahí está. Hay veces que elijo lo que escribo, pero la mayoría de las veces cojo el boli a ver qué hay ahí.  

“Las letras de Chambao hablan de la vida, la muerte y del amor al cuidado”

En este nuevo disco encontramos además una canción llamada Libre, con frases como “No negocies tu libertad”. Si pudiera, ¿a quién le dedicaría estos versos? 

Pues esta canción es autobiográfica. Viene desde mí misma, que me lo digo a mí misma, es una canción sanadora. Se la dedico a todo el mundo igual que me la dedico a mí, bien sea para dejar ir algo que no es, alguna relación personal o laboral, o algo que a ti no te funcione. Hay un montón de casos que se podrían poner esta canción como de aliento. Es como un canto al “continúa” y al amor propio, a “lo que está en tu mano puedes hacer algo, pero lo que no, no está en tu mano”. Dejar ir también es sano. Está guay intentarlo, pero hay que saber cuándo ya es.

La música además, lo demuestra bien, es experimentar, crear, fusionar... En sus inicios crearon un género llamado Flamenco Chill, pero va mucho más allá.

Sí. Yo si me preguntan si hago Flamenco Chill te digo sí, hago Flamenco Chill, porque es lo que Chambao en sus inicios dijo que hacía. No soy una entendida de la electrónica ni del flamenco, pero curioseo y me permito la licencia de jugar con la música porque para eso está. Para jugar, para divertirse, para probar...

Ahora nos quedamos disfrutando con En la cresta del ahora, y con sus conciertos. ¿Hay algo que le pediría al futuro?

Estar viva (risas). Me gustaría pedirle al futuro estar viva y seguir disfrutando de lo que hago. Me gusta mucho hacer canciones, me da la vida. Me hace viajar, me hace conocer gente, escuchar otras opiniones estés de acuerdo o no, porque parece que es muy guay siempre cruzarte con gente con la que estás de acuerdo, pero cuando no estás de acuerdo no es necesario levantar la voz. Se escucha, se puede tener un buen diálogo, se aprende... Y seguimos aprendiendo y divirtiéndonos con todo lo que nos ofrece la vida y el camino de la vida hasta que nos llegue la muerte. No tiene más. Además, en esta gira tengo algunas fechas que para mí son muy importantes y me hace muy feliz después de ocho años sin sacar disco que haya tanto cariño en el público que sigue a Chambao desde hace un montón de años, o gente que se haya sumado ahora al nuevo disco. Esto me provoca una ternura musical preciosa, la verdad, y con esto me quedo. Estoy muy feliz, y pido estar así.

Personal

Nacida en Málaga en el año 1975, la música siempre estuvo ahí. Su historia comenzó en los 90, cuando dos primos y la novia de uno de ellos (La Mari) quedaban para componer. Y lo que empezó siendo un hobby, se convirtió en una forma de vida y en un estilo nuevo, el flamenco chill. Y además de la música, también ha escrito libros, le apasiona la neurociencia, e incluso ha participado en programas como La Voz Kids.


En su nuevo disco, En la cresta del ahora, nos encontraremos con un total de doce canciones llenas de emoción y de ritmo, de fusión y de experimentación; un punto de inflexión en la carrera de la artista. Con canciones como Libre, Camino a casa, Mis flores o Hijos de la música, en estos momentos se encuentra de gira por diferentes puntos del Estado, de Europa y América Latina. A Bilbao llega este sábado 9 de diciembre a las 22.00 horas, en el Kafe Antzokia.