“Cuando empecé a trabajar con 22 años pensé que podía hacer lo que quisiera, no fue hasta los 40 cuando tomé consciencia de que no era así”, aseguró Celia Carrillo, fundadora y vocal de la asociación Mujeres en la Industria Musical (MIM). “Empezamos a reunirnos pocos meses antes de que ocurriera el movimiento Me Too en 2016 ante una situación que nos parecía injusta”, relató sobre la creación de la agrupación. La primeras conversaciones ocurrieron en el Primavera Sound, donde una treintena de mujeres mostró su voluntad de dinamitar el actual statu quo. Esa relación continuó durante la celebración del BIME, donde a pesar de escuchar en reiteradas ocasiones que “las cosas están cambiando” se percataron de que había que recabar datos.Del primer estudio que abordaron, cuyos datos dieron a conocer en enero de 2021, concluyeron que solo el 37% de las empresas del sector están lideradas por mujeres y que ese porcentaje se reduce al 14% en el caso de las discográficas independientes. Se trata de cifras reveladoras, ya que en palabras de Carrillo, la mayoría de mujeres que se dedican a la música -al margen de las artistas- están en los ámbitos de servicio, dedicándose a la comunicación o al marketing. “No están en espacios en los que se genera dinero, como en la producción artística”, considera la fundadora de MIM, quien asegura que el hecho de que sea una industria en la que se trabaja mucho de noche, durante largas jornadas, no facilita la compatibilidad con el compromiso familiar, lo que hace que se deje de lado a las mujeres.

“Aunque nuestro objetivo es desaparecer, hoy creemos que somos necesarias”, apuntó Carrillo antes de revelar que actualmente están llevando a cabo la segunda parte del estudio que incluye datos que pretenden monitorizar cada dos años. Tras el covid-19 celebraron un acto con los miembros de MIM, donde presentaron unas cifras “terroríficas”, ya que la crisis sanitaria ha supuesto la “desaparición de las mujeres” porque formaban parte del “eslabón más bajo”. En ese sentido, aseveró que la atención que había ganado la necesidad de justicia ha pasado a un segundo plano. “Ahora prima que hay que volver al directo. Pero esta es una oportunidad de oro para que la vuelta sea justa, con mujeres a la cabeza de los carteles y abajo. Por favor, dejad que haya mujeres mediocres. ¿O es que todos los grupos de hombres que vemos son buenos?”, cuestionó Carrillo.

Los problemas por los que acuden a la asociación las más de 450 socias que actualmente abarca MIM son tres: el tratamiento del día a día, la desigualdad salarial y la promoción y la oportunidad. “El objetivo es que las que vienen detrás no se den los tropezones que nos hemos dado, que su ascenso sea más rápido. Lo que queremos en Mewem es que haya más jefas”, explicó Carrillo sobre las alianzas creadas con el proyecto europeo para combatir una industria que no se escapa de situaciones de “sexismo, abuso o acoso”. En ese camino, aseguró que van dando pasos: “Hemos hecho posible que una directiva de Sony Music se encuentre con una manager de artistas emergentes de Barcelona”. Por eso, Celia Carrillo se mostró optimista. “El consumo de música es mayor por parte de las mujeres, se da una desproporción que no puede durar más”, concluyó.