DOS años de trabajo pictórico y expositivo ha estado inmersa Elena Goñi en Autorretrato. Un proyecto que ahonda de una manera limpia, íntima y sincera en la representación de una misma, en un tiempo en que la saturación de imágenes ha desvirtuado el sentido del retrato y el autorretrato. La pintora navarra cierra ahora este ciclo con la exposición Dentro y alrededores, visitable en estos días en Madrid.

La muestra que llegará a Bilbao el próximo 6 de marzo -a la Galería Espacio Marzana- sigue explorando el autorretrato con nuevos cuadros pintados del natural en un sitio íntimo para la artista, como es la cama de su estudio, desde el cual inmortaliza aquello que ve cuando se acuesta. “Es una visión totalmente limpia, como un retrato de la nada, cuando estás fuera de todo...”, cuenta Goñi sobre estas obras, que son continuación de otras en torno a la misma idea que ya expuso en 2008 en la Galería Espacio Marzana (Bilbao) y la feria ArteSantander. Entonces comenzó este proyecto, del que se vieron cuadros también en los Campus de la UPNA de Iruñea y Tudela.

Pero en esta exposición de Madrid, Elena Goñi da un paso más en su introspección pictórica en torno al autorretrato, y enriquece estas visiones “asépticas, desde la vista hacia afuera”, en las que pinta lo que se ve del natural cuando está en la cama en su estudio, con varios paisajes -cuatro en total- que, apunta la autora, “hacen referencia al autorretrato pero a un nivel más mental; es decir, al discurrir de la memoria, de los intereses que tienes cuando estás en la cama y cierras los ojos; cuando estás tranquila”. Un mayor nivel de introspección, intimidad y autenticidad. Por eso la exposición ya no es Autorretrato, sino que se titula Dentro y alrededores. “Dentro hace referencia a los paisajes, que simbolizan el pensamiento, los recuerdos; y alrededores, al cuerpo físico y al lugar físico donde está ese cuerpo, que es el natural, esos son los alrededores de la mente”, dice la pintora sobre estos paisajes que no ha pintado del natural sino que están basados en fotografías de lugares vividos por ella: dos de Portugal, otro de Francia y otro de La Rioja. “Son lugares de vacaciones, de sitios de reposo, de relajación; en esos estados es cuando tu mente más divaga, seguramente. Y me agarro a la imagen física de estos sitios para hablar ya no de paisajes concretos, sino de las inquietudes que tengo, de algo totalmente abstracto que no sé cómo representar”, reconoce.

Los cuatros paisajes tienen algo en común: “Te hablan de varios planos en la realidad: lo que se ve delante, en unos casos árboles, en otros un portón, y lo que hay detrás de esos elementos, el fondo, que es el fin, el elemento principal del cuadro aunque resulta que no está en primera línea... Así que acabas pensando que lo que importa es lo que no te deja ver ese fondo; lo que tienes en el día a día, lo que te pasa desapercibido en el vivir”. Lo importante sería el camino, no la meta. “Lo que nunca miramos ni valoramos con importancia”, reflexiona Elena Goñi. “Cualquiera que estuviese físicamente en los lugares de estos cuadros, pensaría: ¿cómo puede centrarse en pintar esta piscina cubierta, cuando si te das la vuelta hay una preciosa bahía de veraneo con barquitos?...”. Elena centra el foco donde nadie lo centraría, creando sugerentes e inquietantes paisajes. “Es una transposición de la extrañeza que te produce el paisaje cotidiano cuando, a solas en tu habitación, lo evocas en tu recuerdo y empiezas a dar vueltas a esas imágenes”, explica sobre el sentido de este trabajo, en el que experimenta sobre un nuevo soporte -son óleos sobre tabla, cuando hasta ahora los hacía sobre tela-; cierto “cambio técnico” que, “ha sido agradable”.

EMOCIONES, RECUERDOSLo que somos y no vemos

Dentro y alrededores reivindica la mirada de lo que no vemos. “Estamos en un momento de saturación de imágenes tal que nada te sorprende, nadie se para a pensar en lo que ve, ni te escucha... no hay tiempo”, percibe con preocupación la artista. Ella, sin embargo, se reconoce en lo que ve directamente “mucho más que en una imagen de mi cara, reflejo de un espejo o de una cámara, o en el sonido de mi voz. Me reconozco en las emociones producidas por los paisajes vividos, en lo que queda en mi recuerdo sobre ellas”. Por eso, su Autorretrato cerrado y completo, físico y psíquico, es “la contraposición al selfie que todo el mundo cuelga en Internet, con su cara de satisfacción fantástica, mostrando dónde está y con quién. Esa moda que hay ahora es la contraposición al autorretrato, porque realmente no dice nada de la persona; en los selfies todas las personas retratadas son parecidas y todas tienen cierta máscara para aparentar”, concluye. Lo que ella propone es todo lo contrario, es vida con sus pros y sus contras, con sus posturas relajadas y sus matices inquietantes. Es pintura totalmente subjetiva, íntima y personal, pero mucho más real y auténtica que las fotografías que saturan la Red.

Elena Goñi reconoce que le “cuesta un montón salir” de su “hueco”. Del reposo y el recogimiento que le permite la pintura, en estos tiempos de ritmo acelerado. Especialmente de cara a esta exposición en la gran capital, la pintora navarra ha experimentado reposos obligados, debido a unas “horribles crisis de migrañas” que ha sufrido episódicamente desde sus anteriores exposiciones en Madrid y Bilbao (2016) dedicadas a mujeres madres. “Me iba al estudio queriendo hacer algo y terminaba metida en la cama con las pastillas para las migrañas”, dice aludiendo a la pequeña caja azul que “los migrañosos reconocerán” en uno de los cuadros que exhibe ahora en Utopía Parkway.

En cuanto al sentimiento que genera sacar a la luz una obra tan íntima e introspectiva como la que compone Dentro y alrededores, Goñi reconoce que “te asombra y te choca la reacción de los visitantes. Por ejemplo, en el caso de los desnudos, nunca pensé que tuvieran un componente erótico, nunca los compuse con esa intención, y la gente reacciona de una manera que a mí me choca. Hay de todo, cada uno los mira de una manera diferente..., pero sí que ha sido comentado el cambio, y a mí me hace gracia porque yo no soy consciente de esos cambios en cuanto a lo pictórico”, dice.