donostia. Más de 22.000 personas han visitado en poco más de un mes la exposición retrospectiva dedicada a Eduardo Chillida que se celebra en la Fundación Maeght de Saint Paul de Vence, en la Costa Azul francesa, donde se exhiben frente al mar dos centenares de obras del escultor vasco.

Según informaron ayer en un comunicado el Museo Chillida-Leku, que continúa cerrado al público, esta muestra se inauguró el pasado 26 de junio y permanecerá abierta hasta el 13 de noviembre. Encaramadas en lo alto de una montaña con vistas al mar, las esculturas y dibujos de Chillida (1924-2002) pasan el verano en la Fundación Maeght, que apostó por el artista donostiarra cuando era "el más joven" de los que habían expuesto hasta entonces para esa familia de galeristas. El hombre que dedicó su vida a "luchar contra Newton", tal y como explica uno de sus hijos y comisario de la exposición, Ignacio Chillida, encontró en la localidad de Saint Paul de Vence, que ahora vuelve a cobijar sus obras, un lugar de encuentro estival junto a artistas como Miró, Giacometti o Calder.

El evento ha necesitado de un trabajo titánico de preparación, con el traslado de algunas esculturas bajo escolta policial, indicó Isabelle, nieta del conocido galerista Aimé Maeght, que destacó la oportunidad de celebrar la exposición "en este momento", después del sonado cierre del Museo Chillida-Leku por problemas económicos.

Aunque ya estaba planificada con dos años de antelación, la exposición ha cobrado de forma inesperada un simbolismo especial con el cierre del museo donostiarra, aunque el comisario puntualiza que "lo importante es que la gente se dé cuenta de que Chillida es Chillida, con o sin Chillida-Leku". "Mi aita ya dijo que era una utopía su idea de museo al aire libre", dijo Ignacio Chillida, que aún cree que se puede llegar a un acuerdo con las instituciones vascas para que asuman parte del coste de la gestión.

Mientras tanto, las obras del Chillida-Leku solo estarán al alcance de visitas privadas, con la excepción de acontecimientos como el que ahora tiene lugar, para el cual han viajado a la costa francesa más de 70 obras desde el museo vasco. Una treintena de esculturas de colecciones privadas y un abultado conjunto que pertenece a los propios Maeght completan la retrospectiva, que recorre el trabajo del artista en materiales que van del papel al hierro, todos ellos con su inconfundible sello.

"Lo que es asombroso en su trabajo es que siempre buscaba pasar a través (de la materia), crear una obra con el vacío y con el espacio", resumía en la presentación Isabelle Maeght, quien añadió que sus estructuras "siempre tienen una idea de levitación", a pesar de ser a menudo extremadamente fuertes y pesadas. Se trata de una característica recurrente en la obra de Chillida, que se encuentra tanto en esculturas de papel y madera como de alabastro u hormigón.