bilbao. ¿Los libros de autoayuda nos evitan el sillón del psicólogo?

Hay problemas que son muy profundos y que realmente necesitan la ayuda de un profesional, de un psicólogo. Pero hay mucha gente que dice que está deprimida, y en realidad no lo está. Si lo estuviera, estaría sentada en su casa o postrada en la cama. La gente dice que tiene depre porque está desanimada. Este tipo de problemas sí se pueden resolver con un libro de autoayuda. Sobre todo, para equilibrar la autoestima, para una persona que tiene tendencia al pesimismo o malas relaciones con la gente...

¿Tan estresada está esta sociedad que se han disparado las ventas de este tipo de libros?

Casi todo el mundo dice que está estresado, los problemas con los hijos, la crisis, que el dinero no llega a fin del mes... Hay una serie de problemas, no diría que comunes para todo el mundo, pero sí para la mayoría de la gente. Y muchos encuentran consejo en estos libros.

En "No se lo digas a nadie... así" habla de las relaciones humanas. ¿Tan mal nos relacionamos?

¿Qué pareja hay que no discuta de vez en cuando? Cuando dos personas se juntan, se juntan dos egoísmos y cada una quiere hacer prevalecer su opinión sobre la otra. En cualquier relación siempre hay uno que quiere dominar al otro. Es algo genético. Incluso entre los amigos, que realmente tendría que ser una relación de igualdad, siempre hay uno que quiere decir al otro lo que debe hacer. Y tenemos la mala costumbre de decirlo a gritos y mal.

¿El lenguaje es un arma peligrosa?

A veces una palabra daña más que un bofetón. Una frase dañina, ofensiva no te la puedes quitar de la cabeza. En cambio, el bofetón, cuando pasa el dolor, te olvidas de ello.

¿Cuál es su receta para evitar estos "prontos"?

Se trata de canalizar estas emociones nocivas de una manera positiva. Detenernos unos segundos antes de contestar. Desconectar nuestro piloto automático y pensar lo que vamos a decir. Hay una regla general que yo recomiendo. Antes de molestar, humillar u ofender a nuestro interlocutor con esos prontos, es preciso preguntarse mentalmente: "Lo que voy a decir ¿va a empeorar o perjudicar mi relación con esta persona?".

Usted habla de cinco habilidades sociales para desarrollar lo que también llama "lenguaje emocionalmente correcto".

Así es. Respetando las reglas de oro de No se lo digas a nadieasí, el lector aprende a manejar las técnicas para hacer y recibir críticas sin que nadie se sienta ofendido; escuchar con empatía; dar negativas sin que los demás se sientan rechazados; elogiar sin pasarse a la adulación, y discrepar sin ser desagradable. Interiorizar estas claves y conseguir sus beneficios en la vida personal requiere, eso sí, un mínimo esfuerzo. El éxito es una escalera por la que no se puede subir con las manos en los bolsillos.

Encenderá poco la televisión para evitar tanta crítica e insultos...

No soporto las críticas banales, gratuitas... Tengo una teoría, creo que la gente disfruta viendo cómo les pasan cosas malas a las otras personas y no a ellos.

Las relaciones de pareja son a menudo un campo abonado para los reproches.

Aunque hombres y mujeres hablen el mismo idioma, eso no significa que siempre se entiendan. Frases como "Tú no me comprendes", "Tú nunca me prestas atención", "Tú me provocaste", "¡Pues tú, el año pasado hiciste lo mismo!" son mensajes en los que el se concentra en la otra persona, lo que equivale a repudiarla o culparla. En cambio, usando el yo concentras la atención en ti mismo. La solución está en decir lo que sientes en vez de acusar. El libro contiene numerosos ejemplos de frases de la vida cotidiana que son emocionalmente incorrectas, explicando las razones, y sus correspondientes frases alternativas correctas.

¿Es el hombre más agresivo que la mujer?

Es muy lamentable hablar de esto, pero el hombre históricamente se ha considerado por encima de la mujer. Es el que tiene que dominar, el que tiene que decidir las cosas... Y eso no es así. Hay una cosa que se denomina inteligencia emocional, que es saber estar, saber desarrollar unas relaciones de una manera equitativa. Y en esta caso, domina más la mujer... El hombre no suele cuidar el aspecto emocional, afectivo.