Bilbao. El desierto de Utah (Arizona) ha sido testigo de excepción de caídas sonadas: meteoritos y proyectos de la NASA que no prosperaron. No es un mal lugar para la exploración y las aventuras extremas. Así lo entiende el piloto Vic Deakins (John Travolta), un sátrapa que elige esa zona para satisfacer sus ansias de venganza. John Travolta nos ofrece de vez en cuando papeles que huyen de cualquier estereotipo. El actor de Fiebre del sábado noche venía de rodar una de las películas de culto de la década de lo 90: Pulp Fiction. Y le apetecía cambiar de registro. En Broken Arrow (Alarma nuclear) encontró un papel alejado de la cultura pop y del ingenio de Quentin Tarantino y decidió abordar un rol diferente: un despiadado piloto que vende su alma al diablo.
Travolta disfrutó como nunca con el papel de esta película. Por algo tiene cinco aviones, incluyendo un Boeing 707. Si hubiera sido por él, las escenas de pilotaje habrían sido interminables. Pero, finalmente, solamente al principio del filme llega a ejecutar su sueño. Travolta ha llegado a solicitar un permiso especial de la NASA para pilotar un transbordador espacial. Tarde o temprano, tenía que experimentar la sensación de alivio y libertad que siente en el aire.
El actor de Grease suele alternar papeles de malo malísimo con otros más alegres y sometidos. Un año después del papel de piloto ambicioso y vengativo, interpretó a un ángel en Un ángel llamado Michael. En Broken Arrow tendrá, en cambio, a todo un Gobierno en vilo con sus estudiadas y vacilantes estrategias de destrucción. El tiempo pasa y nadie confía en él para los nombramientos importantes y decide vengarse de sus superiores con una operación calculada que pondrá a prueba al que fuera su íntimo colega: Riley Hale (Christian Slater), un profesional más apegado a las jerarquías y mucho más leal. Dos caracteres contrapuestos que protagonizarán un sonado duelo en el marco incomparable del desierto de Utah.
Vic Deakins decidirá apartarse de sus compañeros y robará los cabezales nucleares que transporta su avión junto a su compañero Hale. Desde el momento en que aterrizan en ese enclave desértico se enfrentarán hasta la extenuación, y protagonizarán un duelo intenso, lleno de acción y de extraordinarias y delirantes escenas. La idea de una probable explosión nuclear pondrá de los nervios a los miembros de la Seguridad Nacional del Gobierno de los Estados Unidos, pero los miembros del Ejército manejarán con solvencia y cierto descrédito esa operación de alto riesgo.
Propuesta arriesgada Broken Arrow es una emocionante y enérgica película de rescates marinos, aéreos y terrestres dirigida por John Woo, un director de origen chino conocedor de los secretos de las películas de acción. Hollywood le fichó después de admirar sus propuestas arriesgadas y confió en él para dirigir una producción de considerable presupuesto protagonizado por dos actores reconocidos. Su primer gran éxito de su carrera A Better Tomorrow (1986), contó la historia de dos hermanos, uno policía y otro criminal, en un ambiente de thriller violento. Un concepto novedoso que llamó la atención de los productores estadounidenses. Esta vez, se alió con un guionista reconocido como Graham Post, autor de Speed, y creó una película de suspense, con buenos efectos especiales que no deja de sorprender hasta el último momento. Y una vez más, eligió dos caracteres contrapuestos: por un lado, un piloto sin escrúpulos y sádico y por otro lado, un obediente, leal y modosito profesional.
Uno de los aciertos de Broken arrow es la incorporación de un miembro femenino en la trepidante búsqueda de los cabezales nucleares que pueden dejar en el camino centenares de miles de cadáveres. El personaje de Samantha Mathis es la tercera persona en discordia: una vigilante del parque de Utah que se ve sorprendida por los extraños sucesos que marcarán su rutinario trabajo.
Su contribución a la posible desactivación del arma nuclear más mortífera del mundo será brutal, y su alianza con Christian Slater aportará frescura y dinamismo a una película que hará las delicias de los espectadores que esperan grandes dosis de sorpresas.
Cuando la cabeza nuclear esté activada, solamente el valor y el coraje pondrán neutralizar un juego mortal.