Garcia Madrid abrió ayer la tercera jornada de la Madrid Fashion Week con una sastrería contemporánea, creada para un hombre real; una idea que también traslada Ailanto al universo femenino con originales y exóticos estampados o Ana Locking con piezas de lujo con mensaje social para hombre y mujer.
La firma Garcia Madrid subió a la pasarela una colección masculina en la que despuntaron los detalles deportivos. Una renovada sastrería, de líneas depuradas, más actual y urbana, confeccionada en algodón premium, lana fría o cashmere en diferentes texturas y estampados. Para la noche, el esmoquin, pieza de gala, que marca una etiqueta en el vestir, aunque según Manuel García, diseñador al frente de esta firma, “el protocolo es una idiotez, lo importante es la seguridad, la aptitud”.
En la primera fila de su desfile se hallaban casi todas las caras del cine del español como Daniel Guzmán, Rubén Ochandiano, Jordi Revellón, Ricard Sales, Álvaro Morte, aunque él prefiere que le reconozcan por su trabajo.
Creatividad Exquisitos estampados vuelven a instalarse en el nuevo trabajo de Ailanto, bajo la creatividad de los hermanos bilbainos Aitor e Iñaki Muñoz, quienes se sumergen en la obra de la pintora norteamericana Jessie Arms Botke para dibujar flores y elementos vegetales que conviven con exóticas aves como flamencos, garzas, pavos reales o flamencos.
Un trabajo artesano realizado con distintas técnicas como la acuarela, la pintura al pastel, bordados, patchwork o hilos tensados, según detalló a Efe Aitor Muñoz.
Ya con los tejidos elegidos y los estampados ideados, Ailanto confecciona una colección con más de cuarenta estilismos de siluetas fluidas, lánguidas y muchas superposiciones.
Las transparencias fueron una constante en este desfile donde brilló un fabuloso vestido verde liso con suaves volantes que caían en forma de cascada en la parte delantera.
Junto a él, otros modelos con aperturas que se abrían a modo de alas o fuelles asimétricos, batas masculinas adaptadas a la silueta de mujer o sofisticados y relajados caftanes coloreados en coral, azul, verde, negro o amarillo.
Los complementos cobraron protagonismo, con tocados de plumas teñidas en tonos empolvados, colgantes a modo de abanico, peinetas realizadas con semillas de fresco o pendientes largos de metacrilato, accesorios firmados por Marina Barturen.
Trump, busto al poder Ana Locking subió a la pasarela una colección para hombre y mujer con dos patrones diferenciados, presidida por un busto gigante de Trump resquebrajado, “la imagen del poder actual, y su legión de seguidores”, una metáfora que traslada a los patrones de su colección. “Tengo la sensación de que vivimos en un mundo en el que lo social, lo religioso y lo político están crispados”, comentó la diseñadora, quien considera que los políticos son los nuevos “predicadores” del momento y los votantes, los nuevos “fieles”. Para construir la metáfora del poder, Locking dibuja líneas sencillas, limpias y estructuradas, al estilo militar, chaquetas sastre con trampantojos; donde los hombros se refuerzan con generosas hombreras como manifestación de “poder y solemnidad”, que también se manifestó en la paleta de colores en azul marino, dorados y el blanco de camisolas largas en algodón de seda.
En la segunda línea abundaron los patrones fluidos y vaporosos “más personalizados”, como bermudas, cazadoras bombers o vestidos en tonos festivos como verdes y rosas.
La velada concluyó con las colecciones de los diseñadores Roberto Torretta, Menchen Tomás, Malne y Pepa Salazar.