La tecnología no es algo sencillo de entender para muchas personas. Hay muchas oportunidades que se pierden por la falta de conocimientos o por la imposibilidad de acceder a ellos. La brecha digital no tiene edades, hay gente muy joven que son meros consumidores tecnológicos pero que son incapaces de diferenciar entre las noticias falsas o conseguir una oferta de un hotel barato. Hace poco una persona me enseñó que estaba a punto de contratar un viaje que le hacían un 70% de descuento. Le dije si había comparado el precio y se reía diciéndome que no podía encontrar algo más barato. Fue tan sencillo como buscar en unas cuantas webs que tenía yo de confianza y darse cuenta que no existía ese descuento y que estaba a punto de caer en un timo. Apartamentos que no existen, formas de pago que nos proponen porque no pueden aceptar tarjetas y acaban desplumándonos el doble en nuestra cuenta corriente o compras que luego no llegan a casa. No digo que no me pueda pasar a mi alguna vez, pero hasta ahora nunca me ha pasado porque he leído, investigado y adoptando la tecnología para que trabaje en mi propio beneficio.

Hace años que no hay cursos de informática como los que se hacían con el nacimiento del PC. Nuestra experiencia en los cursos que hemos realizado para personas mayores sobre el manejo de los smartphones ha sido muy positiva. Tienen ganas de aprender, les das una visión más cerrada de las herramientas que les pueden resultar útiles para no perderse por un territorio tan amplio y al final entienden que si no lo usan y no se animan a utilizar las aplicaciones cada día, por ejemplo el móvil para pagar, al final pierden todo lo aprendido. El verano es un buen momento para lanzarte a utilizar el GPS que nunca te habías atrevido a usar. Ver como funciona Google Fotos y como puedes almacenar y clasificar todas las fotos de forma automática, sin tener que aprender nada. Hacer transferencias y por fin usar Bizum para poder pagar algo que tenías pendiente sin que te fastidie las vacaciones. O lanzarte a pedir algo que se te acaba de romper y no lo encuentras en ninguna tienda y que está a un par de clicks en comercio electrónico en Internet. Todo esto que parece tan sencillo para muchos que estáis leyendo este artículo es una barrera infranqueable para la mayor parte de la sociedad. Por primera vez analizando las cifras me estoy dando cuenta que el número de usuarios capaces de acceder a la tecnología es menor que los que no son capaces de manejarla con soltura.

Lo primero que se me ocurre para solucionar esto es ver la de cursos , consejos y recomendaciones que hay por YouTube. Cómo configurar tu móvil, cómo acceder a la banca electrónica, cómo ver tu historial médico de Osakidetza, cómo quitar los ojos rojos de todas tus fotos en un solo paso, aprende a sacar entradas para el cine por Internet,… Miles y miles de tutoriales al alcance de la mano hasta que te das cuenta que todas estas personas no saben que narices es eso de YouTube o que no saben ni siquiera instalar una aplicación para poder hacer cualquiera de estas cosas. He mandado a uno de mis alumnos a su banco para que le instalaran el sistema de banca online y le atendió el propio director que le dijo que ni el sabía bien como funcionaba, que esperara a septiembre que había una chica en la oficina que era la que controlaba de todo eso y que ya se lo instalaría. Nunca es tarde para formarse y aprender pero las posibilidades no son tantas como para los que sabemos utilizar la tecnología. Ayuda a quien esté a tu alrededor si puedes.

@juandelaherran