Cuentan los programas de mano que Bidebarrieta Kulturgunea va a sembrar los campos de noviembre del trabajo realizado por mujeres referentes en distintos ámbitos científicos; muchas de ellas herederas de Hipatia de Alejandría, filósofa y matemática destacada en la antigüedad tardía de la Grecia clásica, si me lo permiten decir así. Se trata de una nueva edición de Ellas hacen ciencia, un ciclo que aborda, desde perspectivas distintas, el paradigma mujer y ciencia, sus peso y sus influencias. El ciclo responde a una de las líneas transversales del Plan Estratégico de Cultura de Bilbao 2023-2033, que contribuye a visibilizar y poner en valor los aportes de las mujeres al conocimiento científico, transmitiendo elementos referenciales positivos para las mujeres más jóvenes. Y su recorrido va desde las matemáticas aplicadas a la gestión de desastres, pasando por la invisibilización de la mujer en la ciencia, el trabajo científico colectivo y la investigación del glaucoma, todo un abanico que agitar.
El asunto comenzó con la gestión de los desastres, materia en la que Begoña Vitoriano Villanueva, profesora del departamento de Estadística e Investigación Operativa, así como del Instituto de Matemática Interdisciplinar (IMI) de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Coordinó de 2014 a 2019 el máster de Gestión de Desastres y de 2015 a 2022 el Doctorado en Ingeniería Matemática, Estadística e Investigación Operativa de la UCM y la Universidad Politécnica de Madrid, es toda un experta. Ella explicó cómo tanto la gestión de desastres como la logística humanitaria son conceptos que pueden y deben abordarse desde las matemáticas, ya que se trata de una herramienta indispensable para optimizar la respuesta ante las catástrofes. Esos cálculos que alivian los desastres, vamos.
Para la apertura del curso le acompañaron Begoña Morán, guarda vigía de la Biblioteca de Bidebarrieta; Marta Macho Stadler, matemática y científica con grandes capacidades para la divulgación científica y la geóloga Marije Irabien. Las cuatro formaron un habilidoso y capacitado escuadrón de despegue y dieron a la tarde un barniz de alto interés. Cada jueves del mes se vivirá un descubrimiento singular. Así, El 13, la filósofa Eulalia Pérez analizará los sesgos de género en la charla Sexo, mentiras y… ciencia; el l 20, María Teresa Samper reivindicará el valor del trabajo colectivo frente al mito del genio solitario en ¡No más genios! y el 27, la investigadora Elena Vecino cerrará el programa con Lo que el ojo de la ballena nos ha ayudado a ver en el glaucoma. Todo suena prometedor.
En la primera cita, ya les digo, el acto tuvo la atracción de una piedra imán. A la cita no faltaron Carmen Etxebarria, Izaskun Mendizabal, Lola Fernández, Manu Martín, Loudes Merino, quien llegó acompañada por Joseba Arteche; María Luisa Hernández, Leocadio Arribalzaga, Alfonso García de Cortazar, presidente del Colegio de Geólogos del País Vasco; Fátima Iturrieta, Nico Zatón, María Ángeles Pérez, Begoña Madariaga, interesada en ver cómo las mujeres avanzan en el campo de las ciencias; Idoia Aranguren, Carmen Zarate, Magdalena Ortuzar, Esperanza Pardo, Ana Dolado, Teresa García Bilbao, María Jesús Odriozola, Cristina Hernández, Begoña Iglesias, Ainhoa Fernández, María Jesús Fernández, Amagoia Uriarte, José Luis Merino, Carlos Muñoz, Ana Isabel Garate, Ana Luisa Garay, Mari Carmen Velasco, María Luisa Gilete, María Eugenia Esteban y Eguzkiñe Elorriaga, gente, toda ella, interesada, en informarse sobre las curiosas soluciones que ofrecen los números y sus posibles aplicaciones en torno a las catástrofes. La primera mujer de la que se sabe que obtuvo una cátedra en una disciplina científica fue Laura Bassi en la Italia del siglo XVIII. Para entonces toda una corte de mujeres ya habían dejado huella.
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