MIENTRAS que a menos de un centenar de metros iba tomando forma lo que hoy es la feria de Santo Tomás, entre silvidos, martillazos y zumbido de taladros, en el Teatro Arriaga volaba la batuta de José Rafael Pascual-Vilaplana. El director de la Banda Municipal de Bilbao gobernaba a unos instrumentistas que interpretaron temas de José Fanco Ribate y Jesús Guridi.

En el repertorio, la pieza Lau Urtaroak (Las cuatro estaciones) compuesto por el entonces director titular de la Banda Municipal de Bilbao, José Franco Ribate, una alegoría de las cuatro estaciones a través de la reelaboración de otros tantos ritmos tradicionales. Los Ballets Olaeta realizaron una recordada coreografía de esta suite en los años cincuenta del pasado siglo. Además, las famosas Diez melodías vascas, de Jesús Guridi Bidaola, otro homenaje al folklore vasco.

Flotaban sobre el sendero de notas musicales las bailarinas y bailarines a quienes gobernaba los giros y piruetas la exdanzarina y abogada Jone Goirizelaia.

Eso fue a partir de las siete y media de una tarde oscura, fría y lluviosa que preludiaba, para quien aún pudiera albergar dudas, la Nochebuena. Las luces serpeteando por las ramas de los tilos de El Arenal, las casetas de Santo Tomas levantando sus tejadillos bajo ellas, y las partituras escritas por Guridi hechas fliscorno, clarinete, percusión, tuba y bombardino, son el equivalente a los turrones y polvorones. Saben a reunión familiar en torno a un capón y una lombarda. Los Ballets Olaeta, las copas de cava que tintinean para regalar arte y alegría. Imprescindibles.

Aguardaban el inicio de la función en el atrio del icónico teatro de la villa, su gerente, Ignacio Malaina, y la directora de BilbaoMusika, Ana Madariaga. Estaba prevista la llegada del concejal de Cultura, Gonzalo Olabaria. Y ya se encontraban al pie de la escalinata, adornada como exigen las fechas, Nekane Alonso, Koldo Narbaiza o los músicos Rafael Climent, Beatriz Ortiz, Iñaki Díaz y Lander Ruiz, así como el regidor de la Banda, Javier Segura. O Xabier Aparicio, de la Sociedad Filarmónica de Bilbao, quien acudió con María San Emeterio. Comparecieron el melómano Javier Naverán y la ubicua Beatriz Marcos.

Desde Bergara se acercaron, como todos los años, las hermanas Ana y Bego Mujika, con Bittor Alberdi y José Cruz Ibarguren. Y desde Haro, Begoña Tricio y Valentín Gimeno, en compañía de amistades de Santutxu como Fernando Yagüe, Maite Barcia e Isabel Ortega.

No faltaron Mertxe Legarda, Nekane Martín, Rosa Mari Arregui, Amparo Herrero, Milagros Bahillo, Isabel Serrano, Naia Egileor, Julen Miguel, Unai Vélez, Elena Urquijo, Itziar y Susana Bilbao, Ana Boira, Vega Benito, María Jesús García, Azucena Liendo, José Mari Fournier, Maddalen y Miguel Ángel Begué, Alazne Méndez o Alberto Cortés junto a su hermana Vitori.