UEDE considerarse que las reservas de la biosfera son las mejores botellas de la bodega Madre Naturaleza...? Quizás si se hace un ejercicio de imaginación, sí. Recuerdo haber leído referencias de una pintada anónima que decía algo así como "No contamine, los buenos planetas son difíciles de encontrar". Ayer, cuando de la mano de la Fundación AXA el Puente Bizkaia (para los muy intrincados en esta tierra nuestra, el Puente Colgante de toda la vida...) se entrecomilló, de una a otra orilla, con 55 imágenes de enorme formato que captan un total de 48 paisajes de enorme impacto visual, lo pudo comprobar cualquiera: será complicado hallar un planeta como este.

De todo ello -y de mucho más, por supuesto: incluso de la incesante amenaza de tormenta...- se habló bajo la carpa instalada en la margen derecha. Allí se saludó la concurrencia. Entre ellos se encontraban Marta Uriarte, gerente del Puente Bikaia y anfitriona, por tanto, de la cita; el presidente de la Autoridad Portuaria, Ricardo Barkala; el alcalde de Portugalete, Mikel Torres; Joseba Arregi, en nombre del Ayuntamiento de Getxo; María Jesús Rodríguez de Sancho, directora del organismo autónomo de Parques Naturales; el viceconsejero de Cultura, Andoni Iturbe; la directora de Cultura, Begoña de Ibarra, y dos voces autorizadas de la Fundación AXA, Álvaro Alzaga y María José Ballestero, impulsoras de un proyecto que lleva por título Las reservas de la biosfera, enmarcada en el 50 aniversario del programa MaB de la Unesco.

Cuando a la hora de los discursos el comisario de la exposición, Joaquín Araújo (es un escritor y agricultor, apegado a los asuntos medioambientales, que ha plantado un árbol cada día de su vida. Lo que se llama predicar con el ejemplo...), recordó que durante los 93 años de vida del mayor naturalista de nuestro tiempo, David Attenborough, la tierra ha perdido la mitad de la vida que tenía entonces y sacó a relucir al ecologista y astrofísico canadiense, Hubert Reeves, cuando puntualizó que, a su juicio, "el hombre es la especie más loca: adora a un Dios invisible y destruye una Naturaleza visible. Sin darse cuenta de que la naturaleza que está destruyendo es ese Dios que está venerando".

Volvamos a la hora en punto de ayer. Allí se encontraba el bado Andoni Basabe, guitarra en ristre. Tocó y le aplaudieron. Y muy cerca de él (al cabo rompió a llover y la gente sin paraguas hubo de arremolinarse bajo la carpa...), se encontraban Iñigo Cardenal, Javier Monreal, Juan Carlos Vázquez, Oskar Lotina, Carlos Basterretxea, en nombre de DEIA; Ignacio Goitia, Txus Diharze, Maite Herrero, que torcía el morro cuando le oyó decir a Joaquín que hace casi un siglo el 40% del agua de la tierra estaba en un buen estado de consumo, porcentaje que se ha reducido, hoy en en día, a un 14%, Aran-tza Martínez, Juan Carlos Hernández, José Luis Urrutia, Ricardo Torrobia, Damaris Petnehazi , Jaime Kobeaga, Maite León, Aitor Díez, Aitziber Barañano y así toda una legión de gente interesada en la exposición.

Cerrado el tiempo de los discursos, los invitados bajaron de la plataforma para ver de cerca las imágenes, a orillas de la ría. Allí ya se encontraba mucha gente que curioseaba y lo mismo fijaban su mirada en las menorquinas calas de Macarella y Macarelleta que en los osos pardos, las dehesas de Sierra Morena, las marismas de Doñana, los ancares gallegos, la cuenca alta del Manzanares, los Picos de Europa o las terres de L' Ebre, en Catalunya. Entre ellos se encontraban María Jesús Etxebarria, Gonzalo Madariaga, Agustín García, María Teresa González, José Antonio Bizkarbuenaga, María Luisa González, Jorge Beltrán, José María Alons, Aitziber Ortega, Maite Barredo y un puñadito de gente que podrá seguir recorriendo todo ese mundo mágico hasta el 11 de julio. Es un tiempo más que suficiente para que a uno se le haga la boca agua en los recreos de su mirada. Merece la pena verlo, creanme.

Las dos orillas del Puente Bizkaia se 'entrecomillan' con 55 imágenes de enorme formato que inmortalizan reservas de la biosfera

La Fundación AXA impulsa y promueve una muestra enmarcada en el 50 aniversario del programa MaB de la Unesco