E aquí, ante nuestros ojos, una hermosa e infeliz historia de amor que nació de la creatividad y la soberbia imaginación de Miguel Delibes. La gran novela de escritor, Señora de rojo sobre fondo gris, convertida por primera vez en montaje escénico, dejó huella ayer en el Teatro Arriaga donde iba a representarse en junio del pasado año antes de que la pandemia zancadillease su estreno. En aquellos días el aplazamiento supuso una desdicha, equivalente en penas en la balanza a las alegrías que ayer trajo. La obra llega al teatro de la mano de José Sámano e Inés Camiña y con la interpretación estelar de José Sacristán, quien entabla un tenso monólogo en el que su mujer, Ana (su voz en off la interpreta Mercedes Sampietro...), es recordada desde el dolor y el amor.

La historia va más allá, dicho sea para que quienes conocen el libro o la propia pieza teatral, no corrijan la reseña. Un prestigioso pintor, sumido en una grave crisis creativa, va hilando ante su hija sus recuerdos más íntimos en un monólogo que es a la vez homenaje y exorcismo. Su relato se centra en dos acontecimientos: la detención de dos de sus hijos por motivos políticos y, fundamentalmente, la enfermedad y muerte de su mujer, Ana, a los 48 años. Ana contagiaba una sensación de belleza y plenitud que cobró un verdadero alcance sobre el fondo gris de lo cotidiano y los sinsabores de la enfermedad. Historia de un amor en carrera desenfrenada hacia la muerte y sobrecogedora semblanza de un personaje femenino, Señora de rojo sobre fondo gris es una profunda lección de humanismo y madurez artística.

Al mando de la historia de Nicolás -de algún modo alter ego de Delibes- aparece José Sacristán en una interpretación cumbre. Desde sus primera palabras, superados ya los 80 años, todo es vigor y sentimiento. Quienes ayer se acercaron al Teatro Arriaga detectaron la conexión emocional con lo que está contando. Se nota que Sacristán entiende el personaje y la obra, y está implicado en lo que cuenta en todo momento. Solo por ver su descomunal interpretación merece la pena el precio de cualquier entrada.

Digamos que era algo previsible, habida cuenta que Sacristán es uno de los grandes. Tan tiro fijo era el asunto, que el Arriaga estaba sin entradas a la venta desde hacía días. Al encuentro con este actor mayúsculo y una historia aún más grande, si es que se puede decir así, acudieron José María Zarate, Juan Carlos Eiguren, Unai Aizpuru, presidente de Bilbaohistorikoa, acompañado por David Ramírez, Cristina Hernández, Carmen Zulaika, Gonzalo Madariaga e Inés Olabarria; la cuadrilla que formaban Pilar García, Valentina Velasco, Marian Rodríguez, Encar García y Celia Pérez, integrantes del grupo de aficionadas al arte de Talía y al propio Teatro Arriaga, El Veneno del Teatro; Arantza Ilardia, Beatriz Rodríguez, Jerusalén Sola, María Luisa Urra, Margari Herranz, Miren Zarate, Ainhoa Satrustegi, Matxalen Agirre y un buen número de gente expectante.

Del goteo de las primera horas fue pasando a un caudal incesante hasta que apagaron las luces. Para cuando esto ocurrió, en el patio de butacas ya se encontraban Azucena Macho Ferrer, Mina Baskaran, Teresa Silguero, María Victoria Luis, María Moreno, Paquita Serrano, Mertxe Bilbao, Inmaculada Mancisidor, Cristina Laucirica, Itziar Agorria, la actriz Marta Urcelay, el dramaturgo David Barbero, Jon Ayestaran, Jon Olabarri, Aitor Hernández y así todo un desfile de nombres propios de hombres y mujeres que disfrutaron con la intensidad de una obra que deja a cualquiera sin respiración. Si les he despertado el apetito de la curiosidad, de hoy hasta el domingo podrán acercarse a ver una interpretación de tan alto calado. No recelen ni teman hundirse en la tierra pantanosa de los monólogos. La historia vuela.

El Teatro Arriaga acoge el estreno de 'Señora de rojo sobre fondo gris' que fue aplazado en junio del pasado año por la pandemia

La gran novela firmada por Miguel Delibes llega al teatro de la mano de José Sámano y con la actuación estelar de José Sacristán