uN escalofrío y, ¡atchís!, un estornudo. Y otro y un tercero más. Y de repente esa oleada de calor que trepa desde el interior y le deja a uno con una sensación de ingravidez, como flotando. He ahí la fiebre que, en los casos más extremos, desemboca en delirio. Y, sin embargo, hay otro tipo de fiebres: una de grandeza o esa suerte de mareo que provoca la belleza y que fue descrito como síndrome de Stendhal que va más allá de un malestar físico. Valga este preludio aprovechando que ABAO Bilbao Ópera trajo consigo, para su concierto tradicional, la voz de la soprano Jessica Pratt hasta el Palacio Euskalduna con un recital que llevaba por título Delirio y que la sede de Bilbao Centro acogió la presentación de la última novela de Alex Oviedo, Ausentes del cielo, una obra policíaca, con trasfondo de terrorismo y acontecimientos sociopolíticos vascos, donde se narra la persecución de un asesino solitario, entremezclada con duras historias de amor. La música lírica y la literatura, dos corrientes que suben la temperatura de la gente que las aprecia, brotaron ayer con fuerza por las calles de Bilbao.

El director gerente del Palacio Euskalduna, Andoni Aldekoa, guio al diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, por la alameda de las últimas novedades del palacio momentos antes de que todo comenzase. Antes de acceder al auditorio dio la bienvenida a los asistentes al concierto el presidente de la ABAO Bilbao Ópera, Juan Carlos Matellanes. Entre ellos se encontraban Lorea Bilbao, Ibone Bengoetxea, Jesús Loza, Vicente Reyes, Nekane Alonso, Iñigo Iturrate, la consejera Cristina Uriarte, el presidente de la Fundación BBVA, Rafael Pardo; Susana Rodríguez Vidarte, Txema Vázquez Eguskiza, Roberto Larrañaga, Gabriel Zabala, Txema Bilbao, Chelo Mata, José María Amantes, Javier Rodríguez, Elena Salcedo, Carlos Fernández Avilés, Carmen Miral, Julia Diéguez, Magdalena Suárez, Aitor Idigoras, María Luisa Franco, Eugenio Behal, Ana Trueba y un buen número de partidarios y partidarias del bel canto y de Jessica Pratt, quien abrochó el concierto, acompañada por Giacomo Sagripanti, con la escena de la locura Il dolce suono... Spargi d’amaro pianto, de la ópera Lucia di Lammemoor, de Donizetti. Fue todo un guiño al título del recital que antes les dije, Delirio, y que encajaba con los vínculos de la música y la locura.

Sopa de letras Mientras tanto, en la sede de Bilbao Centro se servía una suculenta sopa de letras con la presentación de la novela de Alex Oviedo. A la puesta de largo no faltaron Olga Zulueta, Seve Calleja, el editor de El Desvelo, Javier Fernández Rubio; Sol Agirre, los escritores Juan Infante y Pedro Ugarte, Beatriz Marcos, Marisela González, Idoia Gutiérrez, en nombre de DEIA; los doctores José Luis Cañada y Maite Alonso, el fotógrafo Mikel Alonso y un sinfín más de gente enferma. De fiebre lectora.