A iglesia de Santo Tomás de Olabarrieta, uno de los ejemplos góticos más destacados de la arquitectura religiosa vizcaina de finales del siglo XV, es la protagonista de una de las visitas guiadas que propone Gorbeia Destino Turístico para esta temporada estival dentro de la campaña Respira en Gorbeia. Levantada sobre un promontorio del barrio de Elizondo, es el más espectacular de los quince templos que conforman el rico patrimonio histórico del municipio de Zeberio. El arqueólogo e historiador Juanjo Hidalgo es el encargado de descubrir ante los visitantes las singularidades de un edificio que no duda en calificar como "imponente por su tamaño y altura". Así lo ha hecho ya en dos ocasiones -el 19 de julio y el pasado día 8- y lo volverá a repetir el 12 de septiembre y el 10 de octubre.

Juanjo Hidalgo guía con sus explicaciones la visita. Foto: S.M

Después de observar la esbelta torre barroca construida con piedra de sillería en el XVIII, "más de dos siglos después que el templo", la primera parada sucede en el pórtico envolvente. "Es una de las mayores superficies porticadas de Euskadi, ya que cubre un espacio que abarca en torno a 700 metros cuadrados", destaca Hidalgo. Estos espacios servían, en su época, como lugar de reunión del pueblo para dirimir sus asuntos, para procesionar o para enterrar. De hecho, debajo están las tumbas de un antiguo cementerio en uso, posiblemente, hasta finales del siglo XV o principios del XVI. "En 1627, tras más de cien años sin enterramientos, recaló aquí el visitador de Calahorra. El suelo de tierra estaba indecente, posiblemente sobresalían huesos, por lo que se reúne con los mayordomos para ordenar su empedrado", explica. Tras convocar una puja pública, la ingente labor es encomendada a Joan Iturrondo, cantero de Zeberio, bajo importantes condiciones como que debía utilizar "piedra menuda cogida del río caudal del Nervión y se tenía que hacer en el plazo de un año". Además, el empedrado "no debía ser sin más un carrejo de rayas, sino un entramado de formas y figuras".

Hidalgo ha contabilizado en el suelo del pórtico una treintena de bellas y trabajadas figuras, perfiladas con canto de ladrillo y rellenadas con piedras en forma de espiga. Entre esas formas se encuentran tres laberintos, rosetas, corazones, el sello de Salomón, espirales, la rueda de Santa Catalina, hexapétalos, una flor de lis, ruedas de molino o el nudo de Salomón con forma de cruz griega.

El pórtico está empedrado con diversas figuras geométricas. Foto: S.M

Lo más curioso es que, en una zona del empedrado, aparece la firma de Martín de Gorostiza. "Posiblemente el cantero no se ve capaz de realizar unas figuras para las que hay que saber de geometría y matemáticas y, por ello, llegará después a algún tipo de acuerdo con el maestro empedrador Gorostiza", elucubra Hidalgo.

Visita interior

Adentrarse en la iglesia de Santo Tomás de Olabarrieta es detenerse a contemplar los tres tramos de bóvedas de crucería tardogóticas que decoran su techo o el retablo mayor, con las imágenes de Santo Tomás, a la izquierda, y de San Lorenzo con su parrilla, a la derecha, en un lugar destacado de su calle central. Hidalgo también hace hincapié en la relevancia de la pila bautismal del siglo XVI y del espectacular coro de arco escarzano, con balaustrada de hierro forjado en alguna de las ferrerías o herrerías del valle. "Tenía órgano, pero fue vendido a otra iglesia, y mucho de su mobiliario se ha perdido", lamenta Hidalgo.