Laudio - Llevaba una vida normal. Tenía 48 años, estaba casado y con un hijo y trabajaba de comercial para una marca de cerveza. Eso sí, “me lo tomaba todo muy a pecho. Era un manojo de nervios y no paraba. Estaba todo el día estresado”, recuerda. Pero el 20 de abril de 2013, su cuerpo dijo basta. “Llevaba dos años sin fumar y aquel día acababa de hacer un poco de footing. Después, tenía una comida de amigos en mi localidad natal”. No pudo acudir. Jon Karla Bilbao -natural de Laudio pero residente en Nanclares de Oca- sufrió un infarto. Estuvo en parada varios minutos y la falta de oxígeno le produjo una anoxia cerebral que le mantuvo tres días en coma.

La vida le dio una segunda oportunidad pero, en algunas cuestiones, tuvo que empezar casi de cero. Al principio de su proceso de recuperación “no sabía para qué servían los cubiertos o me ponían sumas y restas y mi cerebro las reconocía pero no sabía cómo hacerlas”, explica a modo de ejemplo. Tras ser dado de alta en el hospital de Txagorritxu, Jon Karla Bilbao tomó contacto con Atece (Asociación de Daño Cerebral Adquirido de Araba) donde recibió apoyo, ayuda y atenciones para afrontar el problema y más tarde empezó a acudir a sesiones de rehabilitación al Centro Aita Menni de Bilbao. Hoy en día, “me puedo sentir afortunado porque, aunque tengo falta de memoria, me encuentro bastante bien”, algo que ha conseguido “después de llorar y pelear mucho y gracias también a estas dos entidades”, afirma.

Camino de Santiago Lo que no olvida el laudioarra son esas atenciones y cuidados. Tanto es así, que desde 2015 colabora como voluntario de Atece “impartiendo talleres de manualidades” y desde 2017 es socio y miembro de la junta directiva. Y este año va a emprender un bonito reto personal que, de manera paralela, servirá para “dar a conocer y concienciar sobre el daño cerebral adquirido y, al mismo tiempo, recaudar fondos que ayuden a Atece a continuar y mejorar su labor”.

Bajo el lema Abriendo el camino al DCA, Jon Karla Bilbao realizará a pie los 2.723 kilómetros de distancia que separan Roma de Santiago de Compostela para que otras personas con daños cerebrales “vean que con motivación y constancia se pueden hacer cosas, dentro de las posibilidades de cada uno”. Además, va a poder cumplir un sueño ya que “soy un apasionado del Camino de Santiago y he hecho ya varios tramos pero el trabajo no me dejaba mucho tiempo libre y no podía hacerlo entero”.

Su aventura comenzará el 4 de marzo con su traslado a la capital italiana. Al día siguiente, tiene previsto “visitar alguna asociación de daño cerebral adquirido de allí y coger las acreditaciones para dormir en albergues y el miércoles 7 acudiré a la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, para asistir, con alguna pancarta de Atece, a la bendición del Papa a los peregrinos”. El jueves echará a andar con una mochila cargada de ilusiones y la compañía “de un buen amigo argentino que conocí hace dos años en el Camino de Santiago”. Serán 107 etapas, de unos 25 kilómetros. Tres meses y medio “que nos vamos a tomar con tranquilidad para disfrutar, ver sitios o charlar con gente”.

Apadrinar kilómetros Su proyecto tiene, además, una vertiente solidaria ya que se pueden comprar kilómetros y lo recaudado se destinará a “mejorar los servicios que ofrece Atece”, precisa. El sistema es sencillo. “Solo hay que entrar en la página web atecearaba.org, abrir la pestaña del enlace y realizar la aportación de dinero que cada uno quiera o pueda”. También anima a compartir la experiencia “y acompañarnos en algún tramo o jornada del camino como lo van a hacer miembros de la asociación al llegar a Euskadi”. Y mientras se prepara para la experiencia, Jon Karla también saca tiempo para su difusión ya que el 25 de febrero ofrecerá una conferencia, a las 19.00 horas, en El Casino de Laudio.