LA antigua torre de control de Sondika, vigía del primer aeropuerto de Bilbao, es testigo mudo de la trascendencia internacional que tiene la comarca de Txorierri. Es la puerta de entrada a Bizkaia y a Euskadi. Su conexión al mundo. Muy cerca de allí se encuentra el Aula de Cultura de la localidad donde se celebró ayer jueves la gala de entrega de los XVI DEIA Laboral Kutxa Hemendik Sariak, unos premios que reconocieron a siete colectivos, negocios y personas con una gran valor para la comarca. Procedentes del mundo de la cultura, el deporte o la gastronomía –por citar algunos– entre las personas reconocidas estaban mujeres pioneras como las andereños de Sondika, promotores de la actividad deportiva como el Tartanga Fútbol Club, el Athletic, el montañero Koldo Zubimendi, o el Club Taekwondo Doyan, y de la actividad económica como Begoña Lopategi o el restaurante Gozkoetxe.

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En imágenes: Por esos grandes motivos José Mari Martínez

De agradecerles su compromiso, esfuerzo y dedicación en nombre de DEIA se encargó José Manuel Monje, adjunto a la directora. “Para nosotros es todo un honor reconocer la valiosa labor que desempeñáis todos los premiados. Sois personas que realizáis una gran labor para la comarca, el auténtico valor añadido de la zona, el tan preciado kilómetro cero”, señaló justo antes de dar paso a la anfitriona de la velada, la alcaldesa de Sondika, Naia Landa.

La regidora se mostró agradecida de poder albergar estos premios “que reconocen año tras año la labor que realizan tantos vecinos y vecinas de Txorierri. Una labor que desempeñan con mucha ilusión y de la que nos sentimos orgullos en cada uno de los pueblos. Sin duda, todos os merecéis estos reconocimientos”, manifestó. Acto seguido los focos fueron para los verdaderos protagonistas de la ceremonia, los premiados de la noche. En primer lugar subieron al escenario los hermanos Aritz y Egoitz Sampedro, responsables del restaurante loiuztarra Gozkoetxe.

Su cercanía y el trato familiar que brindan a su clientela son sus principales rasgos de identidad, pero no hay que olvidar que el estómago no se alimenta de buenas palabras, sino de buen género como el que ponen cada día en el fuego. “Algunos ya nos conocéis y los que no, si mañana –por hoy– tenéis tiempo, venid a visitarnos. La chuleta está muy buena y el cachopo también”, apuntaron. No hay duda, son dos buenas razones para dejarse caer por su templo gastronómico de Loiu.

Quien también tiene buena mano para la cocina es Begoña Lopategi, que durante su amplia trayectoria profesional ha alimentado a decenas de vecinos y vecinas de Zamudio. Primero regentando una pescadería y una charcutería –sus primeros pasos en los negocios– y después dando el salto a la restauración. “¿El secreto del éxito de mis morcillas? Cariño. Pero, sobre todo, que todo el producto era de casa. También me quedaba bien el arroz con leche”, añadió para desgracia del público que no haya podido catarlo.

Por otro lado, si se habla de artes marciales y, más concretamente de taekwondo, Txorierri cuenta con un club de referencia. Más de 250 alumnos dan buena fe de la calidad del Gimnasio Doyan, que se fundó hace más de cuatro décadas con el objetivo de acercar las artes marciales a los jóvenes de la localidad. “Siempre hemos sido una familia en la que hemos empezado desde muy jóvenes. Nuestro deseo es poder seguir muchos años más”, señaló Asier Rodríguez, quien tomó las riendas del negocio de su maestro, Arístides Alonso.

Lezama es ese centro de alto rendimiento donde se construyen las grandes gestas del Athletic, un laboratorio de última generación que se cimentó sobre unos terrenos rurales cuya esencia aún perdura en el recuerdo de históricos jugadores como Andoni Goikoetxea. “Soy un hombre de Lezama. Las instalaciones con las que cuenta el Athletic son un auténtico lujo en el mundo entero”, destacó el mítico central del conjunto bilbaino. Goiko ofreció el momento nostálgico de la velada al rememorar la gabarra y la alegría que supuso para miles de athleticzales. “Todavía la tenemos en el Museo Marítimo, pero no sabemos si funciona”, bromeó al tiempo que deseó que las nuevas generaciones puedan conocer algún día un festejo semejante.

Si el Athletic es el máximo exponente del fútbol en Bizkaia, el alma del deporte rey se gesta en los campos más pequeños, –antaño en los de barro y ahora en los de hierba artificial– pero la esencia es la misma. Un grupo de personas compartiendo una misma pasión. Este es el caso del Tartanga Fútbol Club, que se fundó hace cuarenta años en Erandio. “La primera vez nos juntamos en el antiguo lavadero de Erandio. Desde entonces hemos ido avanzando y evolucionando mucho”, explicaron. Sin embargo, hay algo que no cambia. “Los madrugones los domingos por la mañana”, relataron.

Muy cerquita del cielo se quedó el pasado mes de julio Koldo Zubimendi. El erandioztarra logró un hito en el montañismo al abrir una vía virgen en solitario en el Kharut II, una cima de 6.800 metros en el Karakorum, muy cerca de una de las montañas más míticas: el K2. “Primero uno de los amigos que participa en la expedición no pudo ir al ser padre. Luego otro se puso enfermo y finalmente otro se tuvo que dar la vuelta a mitad de ascensión. La pena fue hacer cima en solitario, pero fue una experiencia muy bonita. No pude grabarme en la cima porque era muy vertical y apenas pude clavar los piolets, pero lo hice un metro más abajo”, relató sobre esa experiencia única que supone alcanzar una cota tan importante.

Por último, el público se reservó sus aplausos más efusivos para Arantza Ibarrondo y Kontxi Begoña, dos de las primeras andereños que comenzaron a enseñar euskera en Sondika, en los locales de la iglesia de San Juan de Bautista. Al recoger el premio y ver al público de frente reconocieron muchas caras. “Aquí están muchos de nuestros alumnos, algunos luego han sido alcaldes y alcaldesas de la zona”, desvelaron. Y es que Txorierri es una comarca de altos vuelos.