I hay una organización que ha estado y sigue estando al pie del cañón combatiendo en primera línea los estragos del virus durante la pandemia esa es Cruz Roja Bizkaia, que ya en el pasado mes de enero comenzó a diseñar la estrategia que pondría en marcha viendo cómo se estaba desarrollando la situación en Italia. La organización humanitaria, en concreto a través de su equipo humano y material en la comarca de Uribe Kosta, donde cuenta con una amplia trayectoria, estableció en Sopela un centro operativo para dar cobertura a todas las personas que requirieron su respaldo durante el confinamiento tras el estado de alarma decretado el pasado mes de marzo. De esta manera, Cruz Roja se convirtió en uno de los puntales de la asistencia y de la respuesta a los más vulnerables.

“Fueron meses duros. El confinamiento fue muy complicado para muchas personas, por ejemplo, aquellas que no podían salir ni a comprar y teníamos que ir a llevarle suministros”, relata Iñaki Arnedo, miembro de Cruz Roja en Uribe Kosta, quien recogió el Laboral Kutxa DEIA Hemendik Saria en nombre de la organización por su impagable labor en los meses más difíciles de la crisis sanitaria.

En este sentido, Arnedo agradeció que el Ayuntamiento de Sopela les cediese un local como base operativa y logística en la comarca desde donde poder trabajar y organizar todos los recursos disponibles y el equipo humano, formado por una veintena de personas.

Después de una lucha sin cuartel contra el virus durante la primera oleada, ahora en esta segunda ola Arnedo observa que se está notando especialmente “la crisis económica”. “La gente pide para comer porque realmente lo necesita”, expone.

Servicio de apoyo domiciliario

Por eso resulta fundamental la labor que desarrolla la organización en la comarca. Desde realizar diversas gestiones, gracias a su equipo tecnológico que les permite hacer llamadas telefónicas a los usuarios, hasta organizar el suministro de alimentos, artículos básicos de higiene y acceso a asistencia farmacológica. Esta última, una tarea dirigida especialmente a pacientes crónicos y limitada a fármacos prescritos por un facultativo.

Sobre esta línea, también ofrecen un servicio que consiste en prestar apoyo domiciliario especialmente a las personas mayores que están afectadas por una medida de cuarentena o se encuentran en confinamiento, pero también a jóvenes en aislamiento y personas que se encuentren en situación de especial vulnerabilidad. Además, realizan tareas de seguimiento telefónico a estos colectivos con el objetivo de ofrecer apoyo, cercanía y difundir mensajes clave preventivos, así como información de fuentes oficiales. Un soporte humano y material que resulta fundamental en estos duros momentos y que en estos momentos vuelve a ser más necesaria que nunca.