A bóveda que habitualmente acoge el escritorio sobre el que el contable del complejo ferrón anotaba los quintales, arrobas o kilogramos de material de hierro que se elaboraban en la ferrería de El Pobal en Muskiz se ha convertido estos días en un espacio singular donde acoger una digna representación en miniatura de la Navidad en Euskadi gracias a la visita al complejo ferrón de Olentzero, Mari Domingi y una legión de galtzagorris prestos a ayudar en la preparación de los regalos de Navidad. Una representación elaborada con clics de Playmobil ideada por el decorador, cartelista y poeta, Juan Miguel Cortés en la que ha invertido muchas horas para planificar, desarrollar la puesta en escena y el montaje del diorama al que por unos momentos han girado visita los clics residentes en la maqueta de la ferrería foral hecha por el propio Juanmi. Entre ellos no faltaron ni el ferrón con su típica túnica blanca, ni el herrero -hecho a imagen del carnal encargado de la fragua, Luisma Turuelo, incluida su perenne coleta- o los ayudantes del hogar y de los elementos hidráulicos del martillo pilón o de la carbonera.

Una reunión de altura, aunque los personajes solo midan 7,5 centímetros de alto, que desarrolló Cortés con la ayuda de otro apasionado del mundo de los muñecos de Playmobil, Iván Blanco quien desde hace años se encarga de elaborar un belén de estos simpáticos muñecos en el barrio de Ugarte donde reside. "Yo llevo mucho menos tiempo que Juanmi con esta afición y a diferencia de él que está muy enfocado a los belenes yo le doy un poco a otras variantes como el oeste o el medievo", reconoce el trapagarandarra.

Y es que Cortés lleva más de 15 años desarrollando este hobby, del que se ha servido en varias ocasiones para, además de decorar su casa, ilustrar carteles de navidad y de otros carteles con los que ha ganado algunos premios así como de diversos eventos aunque el diorama de El Pobal sea el primero que presenta en público. "Yo me inicié con esta afición de la mano de mis hijos a los que les regalaba los muñecos. Luego cuando salió el primer Belén -me lo trajo Olentzero- me fui animando, comprando más piezas, contactando con otra gente que también tiene esta afición, viajando a mercadillos donde hay intercambio y compraventa de clics, hasta hoy que ya no sé ni cuántos muñecos y piezas puedo tener", señala Cortés quien es miembro activo de un grupo de Facebook que cuenta con cerca de 4.000 seguidores.

"Aquí hay aficionados pero no al nivel de Andalucía, Madrid o Cataluña donde hay mercadillos habituales", apunta este empresario de la decoración y las reformas. El diorama que ha montado en El Pobal, que podrá visitarse hasta el 10 de enero, de martes a domingo con cita previa, cuanta con tres escenarios principales en los que destacan la casa de Olentzero -a cuya puerta se agolpan los galtzagorris empaquetando los regalos, el bosque con los leñadores y la txondorra -humo incluido- donde los duendecillos preparan el carbón y una barrera montañosa que mantiene en secreto la morada de Olentzero y su compañera Mari Domingi.

"El diorama parece sencillo pero tiene una gran complejidad. Es para observarlo detenidamente porque en cada rinconcillo encuentras alguna sorpresa", sostiene Juanmi mientras introduce con unas pinzas una minúscula mesita de noche con el despertador de Olentzero.