¿De dónde viene su experiencia en emergencias?

—Fui ertzaina de la cuarta promoción y al jubilarme me dediqué al tema de los animales. Entrené caballos por el método de doma natural y siempre he estado con perros. En la Ertzaintza no trabajaba con perros, pero en aquella época ya tenía una golden retriever que preparé para entretenerme enfocada a la localización de restos biológicos.

¿Y cómo llegó a su vida ‘Nur’?

—Cuando volví a vivir a Ramales al retirarme, de la noche a la mañana nos encontramos con una perra medio abandonada en una estabulación de vacas, la adoptamos y nos dimos cuenta de que estaba preñada. Nur es una de sus hijas y la madre sigue viviendo con nosotros. Su madre es una montañés del Pirineo y el padre, un pastor alemán que pasaba por la estabulación. Aquí conocí a Rubén, coordinador de Protección Civil de Karrantza.

¿Cuándo y por qué advirtió su potencial para la búsqueda?

—Me parece imprescindible convivir con el perro las 24 horas y observar sus reacciones. Cuando empecé a jugar con ella escondiéndole cosas, yo veía que captaba los mensajes. A los seis meses ya participó en sus primeras prácticas de búsqueda con figurantes. Seguí cursillos, leí más libros y me metí en el mundillo.

¿Cómo trabajan juntos?

—Si ese día no le ha dado tiempo a espabilar y hacer sus necesidades, cumple en cinco o diez minutos al llegar allá donde se nos requiera. Comienza a ladrar, cuando se relaja un poco cojo el arnés de trabajo, le digo la palabra trabajo, abro la bolsa con objetos de la persona desaparecida -almohadas, calcetines y ropa interior conservan mejor el olor- y le transmito la orden, como en dos recientes desapariciones en las que nos requirió la Guardia Civil en Cantabria y marcó el rastro. También hay que cuidar el manejo de la correa porque puedes dar indicaciones contradictorias.

¿Hay alguna edad recomendada para prepararlos?

—Pienso que cualquier perro puede hacerlo.

Se lo iba a preguntar a continuación, si ciertas razas responden mejor que otras

—Siempre digo que con lo que me ha costado socializar a esta perra por su temperamento y fuerza mental podía haber entrenado dos o tres camadas de golden retriever... depende de la dedicación. Aunque los perros llevan el instinto de búsqueda en el ADN, hay algunos más cabezotas que otros. Como las personas. Y, respecto a la edad, pueden seguir aprendiendo hasta su fallecimiento igual no en rescate y sí en terapia porque con la edad les baja el ardor guerrero.

¿Se podría mejorar algo en los dispositivos?

—Pecamos de la creencia de que cuanta más gente se congregue más ayuda a localizar y no siempre ocurre así. En cualquier caso, no lo decide la perra, que está sentada enfrente de mí mirándome con una cara... A estas horas solemos ir a tomar café y le cae alguna chuche del camarero de regalo. Es importante que los perros se sientan parte de la familia y no una herramienta de trabajo.

“Es importante convivir con ellos observando sus reacciones y que se sientan parte de la familia y no una herramienta de trabajo”