trigésimo aniversario de Ahotsak Sodupe Música e hermanos Baranda, de Alonsotegi Alberto IrazabalIñigo Zubizarreta looks vintage sexto disco

“Nos gusta la polifonía” con sus voces acompasadas a guitarra, acordeón o piano. Hace cinco años, la fusión con los Hermanos Baranda “gracias a DEIA-Hemendik” vino a complementar las actuaciones. “Leí que un reportaje hablaba de ellos como los Mocedades de Alonsotegi, me llamó la atención y contactamos con ellos”, profundiza Alberto Irazabal, que es profesor de música. Empastaron de maravilla, como comprobaron los asistentes al acto del octogésimo aniversario del bombardeo de Alonsotegi durante la Guerra Civil en 2017. “Despuntaron en la coral Gure Ametsa de Alonsotegi, luego en la Caravana de la Alegría y pudieron haberse ido a Madrid”, pero sus vidas tomaron otros derroteros hasta retomar su pasión por la música.

“Nos suelen decir que no somos conscientes de nuestro potencial. Para cantar bien no se necesita un torrente de voz, sino hacerlo con gusto. En el último concierto que dimos, un Jueves Santo antes del coronavirus, hubo gente que salió llorando. Nos encanta que nos comenten que lo hacemos muy bonito”, recuerda halagado Alberto Irazabal. La iglesia de San Vicente Mártir de Sodupe “se convirtió en algo así como nuestro primer teatro” cuando hace tres décadas se presentaron por primera vez ante el público y “nos animaron a hacer algo más” que los conciertos en el templo. Desde entonces, “hemos tenido la suerte de colaborar con figuras de la talla de Kepa Junkera. Yo tocaba la trikitixa con él, le hablé de uno de nuestros discos y enseguida se ofreció a colaborar”, agradece.

El covid-19 les ha obligado a aplazar los planes que habían trazado para este año tan significativo, como el concierto que iban a ofrecer en primavera con la coral Isasiko Ama de Gordexola -cuya directora, Idoia Terreros, es hermana de Bingene , una de las componentes de Ahotsak- . Durante el confinamiento “hablábamos con frecuencia de las ganas que teníamos de poder juntarnos”, mientras Alberto aprovechaba para componer más temas.

El pasado día 10 sí que pudieron ofrecer su tradicional actuación con motivo de la festividad de San Lorenzo, en Sodupe, “en la iglesia, con aforo limitado”. Entonaron “la Misa Campesina, de Carlos Mejía Godoy”. También han cantado en funerales en recuerdo de personas fallecidas durante la cuarentena que en su momento no dispusieron de despedida por la situación sanitaria y en bodas de carácter mucho más íntimo para cumplir con los protocolos establecidos por las autoridades. Próximamente, Ahotsak grabará un videoclip con una canción inédita de su álbum anterior y después se concentrarán en la grabación de su sexto disco, que llevarán a cabo en el estudio del Teatro Campos Elíseos, de Bilbao. Para ellos, “el grupo es como una muleta con la que nos divertimos. Lo pasamos tan bien y estamos tan contentos con el repertorio que no queremos que terminen los ensayos. La música resulta terapéutica, como quien hace gimnasia”, y solo desean seguir así otros treinta años más.

Hace cinco años los hermanos Baranda, de Alonsotegi, se unieron al proyecto, que surgió en el núcleo de Sodupe, Güeñes