La anhelada fase uno del desconfinamiento del covid-19 que permite la apertura de aquellos establecimientos de hostelería dotados de terraza está pasando con más pena que gloria para los profesionales de Meatzaldea que ven cómo la limitación espacial para atender las normas de distanciamiento social se está convirtiendo en un nudo gordiano de difícil resolución. "Estamos esperando a que los ayuntamientos desarrollen medidas que nos permitan ampliar el número de mesas en suelo público para poder mantener o ampliar las actuales terrazas superando el 50%. Además, si se juntan diez clientes que no son familia en torno a una de mis mesas y se separan dos metros cada uno necesito mi salón o media acera", protestaba ayer uno de estos profesionales que aún no tiene claro "sino merecerá la pena esperar a la Fase 2 porque así es muy complicado máxime cuando hay una movilidad restringida". Casos como el de Pobeña o La Arboleda, dos enclaves -uno en Muskiz y otro en Trapagaran- donde el sector hostelero es clave por su dimensión tractora son especialmente relevantes de este "miedo escénico" de los hosteleros ya que ninguno de sus bares y cafeterías ha abierto la persiana. No en vano, en Pobeña hay siete establecimientos, todos con terraza, mientras que en La Arboleda de sus doce bares y restaurantes, solo los situados en la calle principal tienen terraza. "Nosotros vivimos en gran medida de la gente que viene de otros municipios, sobre todo en fin de semana, a disfrutar de nuestro entorno y con las limitaciones actuales a la clientela del pueblo no compensa abrir", señalan, aunque matizan que "lo que nos toca es ir abriendo poco a poco para ir poniendo todo bien de cara a que la clientela se sienta segura al consumir en nuestros establecimientos".

Uno de los factores sobre los que inciden los hosteleros con terraza, amén del apoyo económico por el cierre por fuerza mayor, es la flexibilidad que piden a los ayuntamientos para aumentar temporalmente el número de mesas en las que dar servicio. En este sentido, los ayuntamientos de Abanto-Zierbena, Muskiz, Ortuella y Trapagaran se han mostrado dispuestos a modificar sus normativas y en algunos ya se están llevando a cabo legislaciones. A día de ayer en Meatzaldea funcionaron poco más del 30% del centenar de terrazas que están regularizadas, si bien fuentes municipales consultadas por DEIA desconocían el dato de si algunas podían haber incrementado su espacio de ocupación.

"En relación a la hostelería están abriendo sus terrazas con las limitaciones marcadas y con la flexibilidad de las medidas que ha adoptado el Ayuntamiento. Van abriendo a otro ritmo que el comercio; el primer día aproximadamente el 20 o 25% de la hostelería abrió, y hoy (por ayer) el número ha sido similar", señalaron fuentes municipales de Abanto-Zierbena que cuenta con 26 terrazas distribuidas en los núcleos de Gallarta, Las Carreras y Sanfuentes. "Es una sensación de mezcla entre querer normalizar cuanto antes y lo que realmente se está viviendo en la calle. Las personas tenemos que acostumbrarnos a las nuevas pautas de consumo y nunca olvidar las medidas sanitarias y de socialización en esta nueva etapa que hemos entrado", analizaron.

En Trapagaran, con catorce terrazas autorizadas, las pertenecientes a establecimientos hosteleros adscritos a la Asociación de Comerciantes, Hosteleros y Servicios, Baturik, "no abrieron el lunes y este martes se esperaba que abriera alguno pero en conjunto se trata de un porcentaje muy pequeño", aseguraban fuentes de un Ayuntamiento que ultima medidas de apoyo económico para quienes recuperen la actividad. Ortuella y Muskiz presentan comportamientos dispares pues mientras en la localidad costera ayer abrieron un decena de establecimientos, lo que supone más del 40% de las terrazas existentes, en Ortuella apenas abrió el 25% de las 22 terrazas existentes. "Lo que debe primar es la responsabilidad de todos", solicitan desde Ortuella.