“Ser parte de una ONG aporta crecimiento personal. Llega un momento en el que te das cuenta de que el regalo de tu tiempo, te da vida. Empiezas a hacer análisis y piensas: ¡Pero si lo estoy haciendo para estar bien yo! No hay que negarlo. De hecho, nosotros lo que decimos es: Si vienes a esta asociación, te vas a sentir bien. ¿Por qué? Porque la vida solamente crece cuando la regalas, no cuando te la guardas para ti. Y así entra muchísima gente en tu casa interior y empiezas a enriquecerte como ser humano”.Son las palabras de un hombre sentido, convencido, que se expresa con detalle y profunda reflexión. Es Pepe Romo, impulsor de la ONG Perualde, a la que lleva más de 20 años ligado. Es decir, que son más de dos décadas de solidaridad, empatía y dedicación corriendo por sus venas. Una labor extraordinaria que fue reconocida en la gala del voluntariado de Getxo, organizada por Sarekide. “Yo creo que fue la puesta en valor por parte de la sociedad de una serie de valores que la propia comunidad tiene”, considera respecto a su premio.

Su recorrido altruista, sus experiencias generosas, sus visiones realistas radiografían un pensamiento: “La filosofía que subyace es: Yo no hago las cosas para, sino hago las cosas con. Te tienes que ir desprendiendo de los paternalismos, las falsas caridades, las ayudas de arriba abajo o el pobrecitos”, apunta Pepe. Son las impresiones de un expsicólogo que viajó a Perú y regresó con el alma hecha añicos. “El origen de Perualde va hasta hace 23 años: estábamos una cuadrilla numerosa, amigos de amigos… Éramos unas treinta personas preocupadas por la vulnerabilidad. Dicho así, es simplemente una palabra, pero tuvimos oportunidad de ponerle escenario”, adelanta el getxotarra. “Coincidió que, por mi vida profesional, fui a Perú. Allí, vi el infierno de la miseria: niños que iban donde se criaban cerdos y buscaban entre los desechos orgánicos de lo que se les daba para comer, las situaciones de las viviendas, construidas sobre escombros o directamente sobre vertederos… Si vas con la coraza puesta, probablemente no pasa nada, pero si vas con el corazón abierto y la sensibilidad a flor de piel, vienes muy tocado. A mi mujer Bego, que también está en Perualde, y a mí, nos pasó eso. Volví en un segundo viaje e, igualmente, regresé destrozado, llorando en el avión. Así que la liamos. ¿Qué significa eso? Que fuimos contando la pena a todo el mundo”, repasa Pepe.

Esa punzada en el estómago fue adquiriendo después la evolución que le ha llevado a huir de ese pobrecitos. Lo que trata de hacer Perualde y sus 200 socios es dar una oportunidad para que luego el vuelo sea en solitario. “Lo lógico es no crear una dependencia permanente, hay una colaboración, pero en la medida en que va habiendo procesos de emancipación, estos se van soltando. Por ejemplo, Perú ahora tiene una cierta autonomía y nosotros estamos para facilitar algunas cosas. Vimos que en Filipinas la situación era prácticamente igual y empezamos a apoyar otro proyecto con estudiantes nativos”, señala Pepe.

Cambio a Pertsonalde

Y es que esta organización ha ido poniendo el foco en los lugares donde había necesidades. De hecho, ahora actúa aquí, por eso, está en pleno proceso de renovación y pasará a llamarse Pertsonalde. “Seis, siete u ocho años después de la fundación de Perualde, esa vulnerabilidad que estaba en Latinoamérica o África empezó a verse aquí. Ya no está lejos. Así que nos planteamos hacer lo mismo pero aquí, es decir, lo que antes era cooperación se convierte en acogida de la diversidad. Un municipio que podía haber vivido de espaldas a la diversidad ha abierto los ojos y se declara ciudad abierta”, destaca Pepe. Así, los voluntarios realizan, entre otras, distintas tareas de acompañamiento con las personas extranjeras que llegan a Getxo con sueños y esperanzas en una maleta. “El Ayuntamiento tiene cedidos tres pisos para estos casos y nosotros alquilamos por nuestra cuenta otro”, indica este vecino que abraza la inclusión y huye del racismo.

“Empiezas a hacer análisis y dices: ‘¡Pero si lo estoy haciendo para estar bien yo!’; no hay que negarlo”

“Lo que antes era cooperación se convierte en acogida de la diversidad”

Promotor de la ONG Perualde