La familia que estaba acampada en una caravana en la calle Torrebarribide de Urduliz, junto al hospital, en un vial sin salida que en el futuro conectará con Sopela, abandonó este pasado jueves la localidad, según confirmaron el viernes a DEIA fuentes municipales.

En este sentido, una grúa remolcó por la tarde el vehículo que permanecía estacionado “desde hace tiempo” en el municipio de forma “irregular”. Sus integrantes habían provocado numerosas quejas vecinales ante el Consistorio debido a problemas de salubridad en la zona tales como “defecaciones en la vía pública, exposición de bombonas de butano en la calzada y conexiones a la red eléctrica ilegales”, entre otros.

Sin embargo, la situación se volvió insostenible cuando el pasado sábado, Agapito Basañez, más conocido como Api, vecino de la zona, fue agredido de forma brutal presuntamente por unos “cinco” integrantes de esta familia mientras sacaba unas fotografías. Una paliza por la que tuvo que ser ingresado en el hospital debido a la gravedad de las heridas y por la que la Ertzaintza detuvo a un hombre de 45 años y a un menor de edad, de 17 años, e imputó a una mujer por su presunta participación en la agresión.

Posteriormente, el hombre quedó en libertad y el menor fue puesto a disposición de un familiar. La Er-tzaintza mantiene el caso bajo investigación para aclarar las circunstancias en que se produjeron los hechos.

El suceso generó una gran conmoción en la localidad que se volcó en apoyo de Api, colgando incluso carteles en los que instaban al Ayuntamiento a que utilizase “todas las herramientas legales” de las que dispusiera “para hacer justicia y expulsar del municipio a esta familia asentada ilegalmente”.

Precisamente, la “presión vecinal y el trabajo del Ayuntamiento y la Policía han sido claves” en este desenlace, a juicio de Api, quien recuerda cómo en su día “ya les cortaron la luz”. “Al principio solo había un matrimonio viviendo en la caravana, pero luego había ido llegando más gente, unos seis o siete”, señala.

Su presencia allí, en una carretera que próximamente conectará el hospital de Urduliz con Sopela, cuando el Ayuntamiento de este último municipio ejecute las obras que faltan, había generado “miedo e incertidumbre” entre los vecinos y los propios trabajadores del hospital, quienes le dijeron al propio Api que procuraban evitar “pasar por ahí”. Y todo ello a pesar de que es un espacio habilitado expresamente para estacionar vehículos junto al hospital mientras se construye el parking.

Por último, Api afirma que ahora podrá “dormir más tranquilo” tras una semana en vilo, conciliando el sueño “a ratos”, y con mucho “miedo”. “Lo único, espero que no ocurra lo mismo en otro lado”, concluye.

“Había mucho miedo e incertidumbre. Los vecinos y los trabajadores del hospital evitaban pasar por esa zona”

“Lo único que espero ahora que se han ido es que no ocurra lo mismo en otro lado”

Vecino de Urduliz agredido