El Ayuntamiento, en sesión plenaria que se celebrará el jueves, nombrará a la etnógrafa Gurutzi Arregi Azpeitia (1936-2020) Hija Adoptiva de la Villa de Durango. Fue una quincena de vecinos, con Leopoldo Zugaza como portavoz, quienes solicitaron esta distinción que pondrá en valor la labor hecha por la etnografía vasca, que además de profesional fue una pionera en áreas donde predominaban los hombres.

En el acto, que se emitirá por streaming en la web municipal del Consistorio (18.00 horas), se realizará un reconociendo en el que participarán portavoces del Ayuntamiento, de las personalidades firmantes y de la familia de Arregi. El acto se celebrará mañana, coincidiendo con el que hubiera sido su cumpleaños. Fallecida el pasado 6 de mayo a los 84 años de edad, Gurutzi Arregi fue miembro de Gerediaga Elkartea y de la Fundación Labayru caracterizándose siempre por su compromiso con la sociedad y la cultura vasca.

Nacida en Lemoa aunque residente en Durango desde los cuatro años, inició su formación en la Escuela San Vicente Paúl, que completó con estudios de Secretariado y Contabilidad en la Escuela Santa Susana. Ello le permitió ocupar puestos de secretaria de dirección en empresas durangarras desde muy joven. Pronto se sintió atraída por el estudio de las costumbres y tradiciones, primero de su localidad natal, después de la Merindad de Gerediaga llegando a formar parte de la primera directiva de Gerediaga Elkartea como secretaria, para luego ampliarlas al territorio de Bizkaia e incluso al resto de Euskal Herria. Le influyó en gran manera el trato con el que consideró su maestro, José Miguel de Barandiaran, y también el de Ander Manterola.

Ingresó en la Universidad de Deusto superando las pruebas de acceso para mayores de veinticinco años. Se matriculó en la facultad de Sociología ya que no existían los estudios en la especialidad de etnografía como tal, que es lo que a ella le interesaba. En 1975 obtuvo la licenciatura en Ciencias Políticas y Sociales. “En nuestra memoria quedará para siempre su sonrisa, semblante alegre, y su entusiasmo ante la vida”, destacan sus compañeros de Labayru.