Ha sido la palabra del día en el pleno del Ayuntamiento de Bilbao: la convivencia. Y no solo porque este jueves, 25N, la Corporación haya rechazado con una sola voz toda forma de violencia machista, que también. Tampoco por el acuerdo alcanzado para pedir una solución al conflicto laboral de la limpieza en el Museo Guggenheim, que también. Ni siquiera por el entendimiento que ha oscilado entre las bancadas de la Sala Capitular al darse luz verde al foro que analizará el ocio y el tiempo libre comunitario en el botxo para ajustarlo a cada barrio, a cada edad, con perspectiva de género y en definitiva, a los nuevos estilos de vida.

Esa misma convivencia es la que también se abre paso en el Casco Viejo de Bilbao y en zonas peatonales. Dentro de poco, por ejemplo, se podrá ver en las calles Ledesma o Zugastinovia una señal rectangular de color azul que recordará a los ciclistas que no pueden pedalear en esos tramos ante el riesgo de atropellos y percances; porque los viandantes mandan, en definitiva. En las Siete Calles sí que podrán hacerlo, pero siempre a la velocidad humana y sin zigzaguear.

Es lo que ocurre cuando una ciudad (o un municipio) transforma su piel y se hace más amable para las personas. No tanto para los coches y otros modos de transporte motorizados, como ha acordado este jueves el Ayuntamiento de Bilbao, al autorizar el uso de un sistema automático de lectura de matrículas para controlar el acceso de vehículos al Casco Viejo, catalogada como Zona de Preferencia Peatonal.

La cohabitación en los espacios públicos va ganando simpatizantes y apoyos políticos, además de los sociales. “Se protegerá al ciudadano de a pie, pero teniendo en cuenta a los sectores más dinámicos de la zona, y ni hosteleros ni comerciantes van a ver reducidos sus derechos, sino ordenados”, ha detallado Alfonso Gil, concejal de Movilidad y Sostenibilidad. Y es que las operaciones de carga y descarga son el principal caballo de batalla en la adopción de cualquier estrategia de movilidad sostenible urbana. En Bilbao parecen haber avanzado algunas soluciones. Una de ellas, el reparto a lo largo y ancho del Casco Viejo en bicicarros. La otra, conceder 15 minutos en zona de OTA a los repartidores para distribuir mercancías, algo “novedoso” que se recoge en la nueva ordenanza de Aparcamiento y Estacionamiento que evitará que esos transportistas, “que se han multiplicado por 50, estén dando vueltas generando humos y ruido”, ha agregado Gil.

En cuanto a la eliminación de la OTA al mediodía, el edil socialista manifestó que “todas las ciudades están yendo a eso” porque en esa franja “el número de coches lapa aumenta exponencialmente, porque como no hay OTA se disponen de cinco horas” sin aparcamiento regulado “y eso no puede ser”. Otra novedad es que quien llegue a Bilbao por un año o por seis meses podrá pedir plaza en los aparcamientos de residentes. Y una más, relacionada con el servicio de BilbaoBizi:el aumento del tiempo de uso a 60 minutos.