También la actividad delictiva se ha visto afectada por la pandemia. Y de qué manera en la capital vizcaina, donde ha caído un 23% con respecto a los datos de 2019. Casi 7.000 delitos menos y descenso generalizado en todos los distritos de la villa salvo en el de Rekalde.

Este hecho aislado estaría asociado a un brote de estafas on line. Y es que este tipo de ílicitos es el único que ha despuntado durante el pasado ejercicio, aprovechándose precisamente de los hábitos de consumo estimulados por la pandemia.

La Ertzaintza y la Policía Municipal de Bilbao están peinando el Distrito 7, calle a calle y denuncia a denuncia, para intentar conocer más detalles sobre este episodio en el que se habrían visto comprometidas varias personas residentes en Rekalde.

En cualquier caso, las estafas on line se han convertido en los últimos años en un delito en boga. Y no solo en la geografía vasca. Lo decía el propio viceconsejero de Seguridad, Josu Zubiaga, durante la presentación del balance de las infracciones penales conocidas por la Ertzaintza y la Policía Local.

"Ya venía subiendo desde 2016 y la pandemia lo ha exacerbado", resumía. No en vano, las denuncias por estafas on line se han duplicado entre 2019 y 2020 al pasar de 1.553 a 3.129, la mayoría de ellas (3.033) atendidas por la Ertzaintza.

El aumento de estos ilícitos obedece, en palabras del viceconsejero, al incremento del comercio electrónico. "No son delitos de gran importe" en comparación con otros, describía, pero afectan a la economía doméstica. Otra cualidad que también los distingue de otras infracciones es la dificultad para localizar al autor del delito, que valiéndose del entramado virtual puede estar en un país lejano.

En este sentido, tanto Zubiaga como Amaia Arregi (concejala de Seguridad Ciudadana y alcaldesa en funciones de Bilbao) recordaron a la ciudadanía la importancia de prevenir y asegurarse siempre de que la web donde se compra cumple con las leyes de seguridad [https] antes de dar al botón de 'Aceptar'.

Con todo, las estafas son el único lastre de un balance que confirma a Bilbao como una de las ciudades más seguras del Estado. La tasa que calcula el número de delitos por cada 1.000 habitantes se queda en el 63% cuando en 2019 era el 83%.

Y es que el pasado 2020 se ha caracterizado por no 'respetar' el patrón delincuencial tradicional. Primero el confinamiento, luego la desescalda por fases y desde entonces el distanciamiento social y los aforos limitados en espacios cerrados han jugado en contra de los delincuentes, más habituados a la celebración de eventos multitudinarios, el turisteo, los picos de movilidad en estaciones y otros puntos, las escapadas vacacionales,....

Así las cosas, a lo largo del pasado 2020 se registraron 22.234 hechos delictivos en Bilbao, un 22,95% menos que los 28.858 delitos contabilizados en 2019, según los datos conjuntos de la Ertzaintza y la Policía Municipal.

En 2020 descendieron casi todas las modalidades delictivas en la ciudad, especialmente los robos en domicilios con una bajada superior al 47%. Los robos con fuerza en comercios disminuyeron un 26% y los hurtos bajaron un 41%, al pasar de 15.246 a 9.004.

También fue notable el desplome de casi el 41% de los robos con violencia y/o intimidación, y las bajadas del 39,66% y del 38,66% en los casos de agresiones sexuales y otras infracciones contra la libertad sexual.

Menor fue el descenso registrado en cuanto a los malos tratos habituales en el ámbito familiar, que se situó en el 8,61%. En este sentido, la alcaldesa en funciones Amaia Arregi hizo hincapié en la necesidad de que la sociedad en general se involucre en la denuncia de cualquier episodio de violencia machista.