Poco podían imaginar aquella docena de agentes que juraron su cargo allá por 1844 que su grupo de seguridad iba a conformar 176 años después una Policía Municipal en toda regla, que suma ya 812 efectivos, y está en plena expansión.

El domingo el Ayuntamiento de Bilbao celebró la efeméride, que tuvo su origen durante el mandato del alcalde Federico Victoria de Lecea, y que su homónimo en la actualidad, Juan Mari Aburto quiso poner en valor con una recepción oficial de todos los mandos del cuerpo local de seguridad en compañía de la concejal delegada de Seguridad Ciudadana, Amaia Arregi, y el director del área, Adolfo Alustiza.

Fuentes municipales recordaron el papel del cuerpo en "la seguridad ciudadana, la cual es una pieza clave para Bilbao, que cuenta desde marzo de 2018 con un pacto suscrito por unanimidad por todos los partidos políticos". De hecho, los portavoces de todos los grupos municipales también participaron en el acto de homenaje a los agentes municipales.

El acuerdo prioriza una política de seguridad preventiva soportada en programas educativos de capacitación y empoderamiento social, y pone el foco en colectivos vulnerables, en la convivencia y en el respeto.

Este acuerdo político, ya firmado en la pasada legislatura, implicó también un aumento en la plantilla policial que se está cubriendo en diferentes ofertas públicas de empleo, lo que está suponiendo a la vez un rejuvenecimiento de los miembros de la Policía Municipal de Bilbao.

Los agentes, además, no son solo sancionadores o punitivos. Las patrullas callejeras están creando, según el Ayuntamiento, "una policía comunitaria, cercana a la ciudadanía y conocedora de sus problemas e inquietudes. Antes de acabar el año, el cuerpo habrá creado 14 talleres de barrio que se contemplan en el pacto ten materia de Seguridad.