BILBAO - Pasear es algo más que hacer kilómetros. Es un modo de vida, de transporte, de conocer la ciudad y de relacionarse con la gente. Todo eso, y más, es lo que practica el periodista de DEIA, Jon Mujika, y es por ello por lo que le han otorgado el premio Paseante que comparte en su primera edición con su colega de los ecos de la sociedad bilbaina, Txema Soria. Se podría decir, recitando a Machado, que Jon hace cada día camino al andar y, paso a paso, sin prisa pero sin pausa, recorre Bilbao noche y día y de punta a punta para dar a conocer a todos los lectores lo que ocurre en los lugares más recónditos de la villa. “Sin obligación, con devoción”, deja su impronta.

10.000 pasos. ¿Qué suponen en su día a día?

-Habitualmente hago muchos más. No los cuento, pero voy a todos los sitios andando y sin prisa. Solo cuando me urge llegar al periódico cojo un metro. No llevo más cuentakilómetros que mi propio cuerpo.

Pero ha dicho al recoger el premio que le toca renovar el carnet de conducir.

-Lo renuevo cada mes: el carnet de San Fernando, un pasito a pie y otro andando.

¿Me va a decir que no tiene carnet de conducir de coche?

-No, ni lo echo de menos.

¿Tampoco utiliza el transporte público?

-Solo cuando al volver al periódico tengo prisa por escribir mi crónica diaria.

Cada vez hay más gente que se ha sumado al movimiento runner. ¿Qué opina?

-Andar es un hábito como el comer; si se convierte en una obligación, malo.

¿Su respuesta tiene un doble sentido?

-Me da mucho miedo.

¿Por qué?

-Porque hay que saber adaptar la actividad a la edad y a los años y...

¿De qué le ha librado su hábito de ir andando a todos los sitios?

-Sobre todo, de muchas caravanas.

Su coche, que son sus piernas, habrá tenido sus averías.

-De chaval, pero ya trabajando, no. Tuve un esguince en la rodilla.

Y, ¿qué hizo? Porque no se puede alquilar otra rodilla...

-Seguí andando, más despacio, hasta que se curó.

¿Cómo ha venido desde su casa? Aunque parece obvio, siempre hay sorpresas.

-En este caso, es obvio.