BILBAO. La ría de Bilbao mira al Támesis, en Londres, al Sena en París o incluso al Ámstel en Amsterdam, pero se desconoce cuál es el verdadero estado de la lámina de agua y las posibilidades que ofrece para el asentamiento de los diferentes negocios de ocio que están interesados. Para despejar todas las dudas, el Ayuntamiento de Bilbao ha adjudicado a través de un concurso a la empresa Typsa la redacción de un estudio que analice todos los condicionantes de cara a garantizar la seguridad de las futuras empresas. En un año se conocerá para qué abanico de actividades está preparada la lámina de agua bilbaina. Entre las condiciones del contrato, el Ayuntamiento ha mostrado especial interés en que se realice un análisis para la instalación de una playa urbana, para baño y estancia.

La ría aspira a convertirse en otra Gran Vía de Bilbao, una avenida que sea el eje dinamizador de la villa a través de las actividades ligadas a la lámina de agua de su cauce y apoyadas en sus márgenes. El contrato adjudicado ayer en la Junta de Gobierno del Ayuntamiento pretende despejar las dudas que puedan suscitar sus diferentes tramos, para que los usos futuros se desarrollen de manera segura, sostenible y respetuosa con la calidad ambiental del ecosistema del cauce, desde un punto de vista tanto físico-químico como biológico.

El ámbito de actuaciónse extiende desde La Peña hasta Zorrotza, es decir, todo el cauce incluido en el término municipal de Bilbao, pero existe especial interés municipal en conocer la potencialidad o aptitud de unas zonas concretas y así se ha recogido en el pliego de condiciones del estudio.

Por un lado se trata del área más al norte de Zorrotzaurre, la margen de San Ignacio que linda con la zona norte del Canal de Deusto y la ribera de Elorrieta. Otra de las zonas jugosas para su desarrollo se considera la conocida como Punta Zorro-tza, situada en la parte septentrional del barrio de Zorrotza que queda entre la ría de Bilbao, propiamente dicha, y el río Cadagua.

Resulta interesante también para el Ayuntamiento la margen de este río que queda junto al parque de Zorrotza. Asimismo, se presta especial atención a las márgenes del río Ibaizabal que quedan en la zona del parque de Larraburu y el parque Ibaieder (entre el viaducto de Miraflores y el puente de Santa Isabel).

La Playa

Además, y de manera complementaria, se tiene especial interés en que se realice un análisis de la ría para la ubicación junto a su cauce de algún tipo de instalación en la que, entre otras actividades, sea posible su funcionamiento a modo de playa urbana, pero en la que su disfrute no dependa únicamente de la posibilidad o no del baño sino también que sea una zona de estancia. Para ello el estudio deberá identificar aspectos como qué soluciones son las más adecuadas para este desarrollo, los diferentes condicionantes tanto físico como ambientales de acuerdo con el comportamiento del cauce y su entorno, así como cuáles son las ubicaciones más idóneas, identificando para cada localización tanto los aspectos positivos como sus correspondientes soluciones al respecto.

El Ayuntamiento considera prioritario que la información que se genere en este estudio pueda ser consultada y actualizada por las diferentes administraciones y organismos implicados directa o indirectamente en la gestión de la ría de Bilbao ya que existen diferentes instituciones competentes en este espacio. “El estudio debe recopilar así mismo la legislación en materia de agua de todas las autoridades que tienen competencia”, señala el concejal de Planificación Urbana, Asier Abaunza.

Entre las actividades que conviven en estos momentos hay escuelas de pesca, regatas, otras competiciones deportivas, navegación o paseos colectivos, embarcaciones particulares, motos de agua, piragüismo, pádel surf, remo, donuts, visitas a barcos atracados en los muelles y servicios de limpieza, salvamento-bomberos o vigilancia de la Ertzain-tza y de la Guardia Civil. Junto a estas hay peticiones de empresas interesadas en ocupar un espacio en la lámina de agua como restaurantes flotantes, o bares, entre otras. Abaunza tiene claro que de momento “no sería lógico conceder nuevas autorizaciones hasta que el estudio no nos dibuje la fotografía de las posibilidades de la ría”. Además, habrá que conocer también la situación después de tener detalle de la flora y fauna y otras condiciones medioambientales que se dan a lo largo de todo el curso de la ría.