Bilbao - DigiPen Bilbao celebró ayer unas jornadas donde los alumnos de la escuela mostraron sus proyectos a los asistentes. “Sirve para que el público muestre su opinión y pueda mostrar ese feedback porque cuando creas algo tiene que gustar”, asegura el director de DigiPen Bilbao, Ignacio Otalora. Así, desde las 11.00 hasta las 15.30 horas las instalaciones de este campus se convirtieron ayer en un auténtico mundo tecnológico. “Gracias a algunos proyectos de la escuela nos han otorgado 88 premios y reconocimientos desde 2010 en países y continentes diversos”, dice.

¿En qué consiste la jornada que se celebró ayer?

-Consiste en contrastar los videojuegos que crean los alumnos durante el año académico con los usuarios para recibir el feedback y adecuarlo al contenido digital que están creando. Eso es una parte crítica en este mundo profesional porque, evidentemente, cuando creas algo tiene que gustar. Por eso, para saber si gusta o no, lo pones a prueba con el usuario.

Eso es precisamente lo que buscan.

-Sí. Lo que se busca es esa toma de opinión y también ese pulso de que el usuario genere de manera creativa propuestas que pueden mejorar los videojuegos que están creando los alumnos durante el año académico.

¿Cómo valoran el primer curso que llevan en Zorrotzaurre?

-Desde 2010 estuvimos en Abanto Zierbena y el cambio de ubicación a Zorrotzaurre lo hicimos con las máximas expectativas porque estamos en una zona de futuro estratégico que es clave para Bilbao. Queremos ser una parte activa del ambicioso proyecto que hay de crear vida en el entorno de la isla, donde prevalecen el conocimiento, la creatividad o el talento. Además, Bilbao da mucha centralidad y tiene mucha repercusión a nivel internacional y, aprovechando el prestigio que da la ciudad, tenemos como objetivo seguir atrayendo a ese alumnado internacional. De hecho, desde 2010 hemos tenido alumnos de 26 países y actualmente tenemos alumnos que provienen de 17 países diferentes.

¿Es importante tener una diversidad cultural en las aulas?

-Sin duda. Es una riqueza importante para el propio alumnado donde se pueden relacionar con personas de otras culturas u orígenes, algo que siempre es enriquecedor. También es enriquecedor para las relaciones a futuro porque cuando estén en el ámbito profesional, lo que estén cultivando desde ya puede servir como referencia y siempre tendrán contactos allá por donde se muevan. Respecto a la industria de contenidos digitales para los que les estamos formando normalmente se nutre de perfiles diversos y de personas cuyo origen geográfico también lo es. Así, se están adaptando a un entorno que se va a asimilar a lo que luego profesionalmente van a vivir.

En este campus aflora más la creatividad y el arte.

-Claramente es diferente al resto de universidades. Es un grado americano tienen características que los hacen singulares y por eso prevalecen en clasificaciones a nivel mundial. Entre otras razones por su especialización, que están centrados en materias que tienen que ver con el ámbito de desarrollo especializado en el que se van a desenvolver profesionalmente.

Eso es algo clave.

-Sí, por eso cada una de las asignaturas tiene un sentido respecto a lo que van a pedir después cuando trabajen en la industria. Además, también está orientado a la práctica de los estudios. Desde el primer día que empiezan la universidad hasta que salen, están continuamente trabajando en proyectos con exigencia de rigor y calidad profesional que les van a dar unas destrezas, habilidades y competencias que son críticas y claves. Gracias a esos trabajos que realizan durante la carrera nos han otorgado 88 premios y reconocimientos desde que se abrió el campus en países y continentes diversos. Esta misma semana nos han comunicado que una de las animaciones que han hecho alumnos de aquí está entre las seleccionadas en dos festivales de Estados Unidos y Canadá.

Eso ayuda a la motivación.

-Es un factor de motivación increíble ver que todo ese esfuerzo que hacen no solo tiene un resultado tangible sino que también puede resultar reconocido y premiado. Además, también se puede acreditar en el porfolio de trabajos de la universidad los proyectos que han destacado a nivel mundial.