Asumió la dirección de Bilbao Ría 2000 aprendido. Su nombre aparece junto a proyectos que en los últimos veinticinco años han contribuido a modernizar, amabilizar y dinamizar la villa con la transformación de Sabino Arana, Basurto, Irala y Rekalde, el canal de Deusto

Fran Viñez (Bilbao, 1973) cumple un año al frente de esta sociedad referente en la transformación urbana del botxo y del espacio metropolitano, cada vez más volcados en recuperar la vida y la actividad en las márgenes de un cauce que fue, es y será piedra angular en el futuro pendiente de Bizkaia. Un porvenir que se planifica con mimo y desde abajo, con reuniones vecinales incluidas como en Olabeaga, con el propósito de saber dar respuesta a las necesidades puramente de mercado (vivienda, comercio, equipamientos...) pero también a otras menos visibles como la identidad de cada núcleo de población ribereño. Ese histórico, sereno y estratégico barrio bilbaino, madurado durante siglos a ras de la lámina de agua, asistirá durante el primer trimestre de 2026 al comienzo de su regeneración.

¿Cómo describiría el papel de Bilbao Ría 2000 después de casi treinta años de su creación?

—En función de las necesidades metropolitanas ha ido adaptando su papel. Nació en un momento de necesidad de visión y de planificación. Luego se metió en la ejecución de proyectos. Y en esas seguimos y con operaciones superpotentes.

“Se pondrá en marcha definitivamente en el primer trimestre de 2026. Olabeaga es el gran ámbito que quedaba de desbloquear”

Visión de futuro y planificación.

—Parece que nos movemos siempre en el mientras tanto, en el mientras desarrollamos los proyectos, pero el ahora qué también es importante.

Adaptación.

—Cuando sabes a qué quieres desarrollar a medio o largo plazo un espacio o un territorio y que lo puedas ir socializándolo con anterioridad, esos mientrastantos, son fundamentales. Pero el ahora qué es la clave de todo. Y la gente. Estamos en un momento en el que en Bilbao Ría 2000 nos tenemos que adaptar a eso. La gente pide saber el ahora qué y el por qué.

¿Y antes?

—Antes la gente tenía otras prioridades. Además, el proceso del por qué te hace ganar legitimidad y autoridad en el desarrollo de los proyectos. Suelo decir que el 99% de la gente está a favor de las cosas siempre que se lo expliques bien.

Lo último, Olabeaga, por ejemplo.

—Cuando hemos empezado a estar con los vecinos, lo primero que les hemos dicho, porque a mí también me gusta estar en la calle, es que esto es un proceso que durará una década. Diez años pueden ser mucho o poco, porque a veces por dificultades son más… Pero cuando estás generando una expectativa la tienes que gestionar suficientemente bien para no frustrar a la gente.

“Nuestro trabajo es pensar en el barrio de ahora y del futuro. Y en cómo ese desarrollo ayuda a Zorrotza, a Bilbao y al ámbito metropolitano”

Y las personas son esenciales...

—Esto lo hacemos con personas y para personas. Otra cosa es que haya personas a las que en su día a día les vaya a afectar… Nosotros con estos proyectos tenemos que sumar al futuro metropolitano para permitir que sea posible no sólo la actividad residencial y la actividad equipamental, sino también la actividad económica.

¿En qué fase están ahora mismo Urban Galindo, Punta Zorrotza y Olabeaga, las tres operaciones centrales de Bilbao Ría 2000?

—En tres fases diferenciadas. Urban Galindo está en un proceso en el que, teniendo muy claro hacia dónde queremos llegar, nos queda rematar lo que la gente ya disfruta.

¿Se refiere a Zamalanda?

—Sí. Su primera fase ha sido un éxito rotundo y nos queda la Fase 2. Para poder llevarla a cabo necesitamos rehabilitar los muelles porque llevan cien años, e incluso más, sin uso. Con lo cual, el disfrute de las personas y de Barakaldo ya lo estamos haciendo visible y en los próximos dos años lo tendremos a pleno rendimiento.

¿Y con eso finiquitado?

—Nos quedan dos parcelas dentro del desarrollo de Urban Galindo destinadas a vivienda y que tenemos que poner en valor para acabar de reordenar el espacio público. Y todo eso se lo vamos a ofrecer a Barakaldo y al resto del Bilbao metropolitano. La diferencia es que cuando Urban Galindo comenzó a desarrollarse, hace ya mucho, la visión metropolitana del paseo de borde de la ría y todo lo que estamos haciendo no existía como tal.

Pero sí estaba en sus planes…

—Cualquier persona que viva cerca de la ría no entiende que no haya un paseo, que no haya un espacio libre. En eso creo que venimos adelantadillos después de Abandoibarra para que Barakaldo tenga un espacio de ribera competitivo y que además sea un lugar para vivir y trabajar, igual que el resto del área metropolitana.

¿Y en Olabeaga cómo les va?

—Hay un escenario en el que todavía las mercancías van a pasar y otro a futuro en el que dejarán de pasar. Por eso tenemos que hacer un proyecto en el que, de primeras, dejamos la estación a cielo abierto y cuando la Variante Sur Ferroviaria esté ejecutada cubriremos la estación. Pero estamos muy ilusionados en todo ese ámbito de Olabeaga porque vamos a definir el espacio que va a quedar.

El cuadro final, por así decir…

—Tenemos que integrarlo mejor en la ciudad, con mejor accesibilidad y mejor transporte público y más espacios verdes. Pero también Olabeaga tiene que seguir ese continuo desde San Mamés hasta Punta Zorrotza.

“Es un momento de decir no sólo recuperemos y desarrollemos suelo, sino que también recuperemos con actividad y frente de ría"

Un proceso largo en el que las personas aportarán sus opiniones…

—Cuando Olabeaga te está diciendo que no tiene cajero, pues si generas nuevos espacios y nuevos vecinos en un barrio bien equilibrado y mejor conectado, pues el cajero cae. Como también es importante el comercio de proximidad… Y el centro de salud…

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Algo lógico.

—A veces los proyectos complejos y grandes se quedan en lo macro, pero nosotros trabajamos desde lo micro y vamos construyendo hacia arriba. Y así es cuando no te dejas las cosas.

Pisando la calle, como decía.

—En Olabeaga, por ejemplo, hemos empezado con las reuniones y nos han dicho qué les preocupa.

¿Y qué inputs han recibido?

—Nos han preguntado si se van a tocar las viviendas. Líbreme el destino de hacerlo, pero sí puedo mejorar su calidad de vida. Y el desarrollo de Olabeaga tiene que aportar a la ciudad como lo tiene que hacer Punta Zorrotza. Y también al ámbito metropolitano porque esto no va de hacer mi esquinita…

Me ha venido a la cabeza la palabra cohesión territorial.

—¿Y qué es el territorio? El territorio son personas con necesidades. Y no solo las que viven aquí. Hay que pensar a nivel metropolitano. Ese continuo equilibrio entre el barrio y lo metropolitano.

¿Y participa la gente?

—Hemos hecho cuatro reuniones. Es un barrio de 1.200 personas y hemos tenido a 125 asistiendo, que es un 10%. Y eso son muchas personas.

Supongo que las tres operaciones son importantes.

—Cada una de manera diferente. Barakaldo es muy importante. Sabemos que vamos a tener que mejorar cosas, pero creo que la conexión con el resto de Barakaldo va a ser la clave para acabar bien. Nos queda Burtzeña, pero cuando el puente de Erandio esté, Barakaldo y su borde de ribera va a continuar hasta Sestao...

¿Y las otras?

—Olabeaga está en un momento importante también. Lo complejo del proyecto ferroviario es el acuerdo institucional y la financiación. Y lo tenemos. Con una agenda que pronto aprobaremos, lanzaremos la licitación y se pondrá en marcha definitivamente en el primer trimestre de 2026. Olabeaga es el gran ámbito que quedaba de desbloquear.

¿Y Punta Zorrotza?

—También es muy importante y ya está en marcha y lleva buena velocidad. Es como el trampolín para el resto del ámbito metropolitano.

¿Y eso?

—En Bilbao es lo que tenemos más cerca del mar. Desde el punto de la navegabilidad es el mejor sitio para actividades náuticas. Tiene que ser el sitio para poder plantearlo, además de lo que ya es Euskalduna, para ese continuo metropolitano. Ese es el futuro que tenemos sobre la mesa.

¿Esos usos de ocio se sabían?

—La plataforma de los muelles está preparada para recibir actividades de agua. Nos interesaba mucho ese proyecto porque creemos que podamos impulsarlo.

Pues una buena noticia entonces.

—Es un momento de decir no sólo recuperemos y desarrollemos suelo, sino que también recuperemos con actividad y frente de ría.

Y con todos estos cambios, ¿temen la famosa gentrificación?

—Nuestro planteamiento del acercamiento al agua no está pensado en clave de turista, sino de ciudadanía. Si paseando por un muelle se puede estar cerca del agua y hacer una actividad, los vecinos de Bilbao lo van a aplaudir. Y los fines de semana, un elevado porcentaje de gente que nos visita es de Bizkaia y de nuestro entorno más cercano que viene a pasar el día…

Precisamente, el paseo de Olabeaga es un buen ejemplo.

—La ordenación de Olabeaga que vayamos a hacer en ese muelle por donde pasea la gente incluye las Casas de Pénjamo. Sus vecinos, cuando salen de su puerta salen directamente al muelle. Hagas lo que hagas en el muelle tienes que permitirles que lleguen a sus viviendas y ayudarles a que tengan su espacio de portal por donde no pase la gente pegada a su ventana. Ahora, ¿qué estamos pensando? Pues que los vecinos tienen que tener protegidas sus entradas y que además tenemos que configurar otros paseos que igual están a otra altura para que haya una perspectiva visual que sea más chula…