Salvaje y sostenible son algunos de los adjetivos que utilizan quienes mejor conocen el Pirineo Bearnés para describir esta región del sur de Francia. "La montaña es más que nieve en invierno", insisten sus promotores, quienes exponen con orgullo que dos de cada cuatro visitantes que reciben ya no van a esquiar. Con actividades complementarias como raquetas, noches de iglú, jacuzzis con vistas o trineo con perros, las estaciones de esquí han pasado a ser estaciones de montaña al haber diversificado su oferta. Centrado en el público familiar, con pistas muy accesibles para todos los niveles, los representantes turísticos de esta zona han exhibido la oferta de la zona en Bilbao, que se encuentra apenas a tres horas de distancia de la estación más cercana.
La temporada arrancará entre los días 6 y 20 de diciembre, fecha a partir de la cual las estaciones así como los espacios nórdicos desplegarán todas sus novedades. De esa manera, La Pierre Saint-Martin ofrecerá este año la posibilidad de esquiar al alba, mientras que Gourette pondrá en valor su zona para principiantes y recorridos con raquetas y Artouste se abrirá a través de la amplia terraza de descanso con zona de jacuzzi al Midi d’Ossau. Asimismo, las estaciones de esquí nórdico de Le Somport, Issarbe, Bosque de Braca (La Pierre Saint-Martin) junto a los baños de bosque en torno al mayor hayedo de Europa en Iraty estarán dispuestos a acoger a todos aquellos que quieran conocer su oferta turística.
LA PIERRE SAINT-MARTIN
En palabras de Marie Pacheco, de la Oficina de turismo de Pirineos Bearneses, La Pierre Saint-Martin esta destinado a un “público familiar y principiante”. Cuenta con “un paisaje algo diferente” al tener pinos negros y alojamientos con vistas al Anie-Auñamendi (2.500 metros de altura). Esta temporada mejorará sus conexiones en autobús desde Donostia e Iruñea con el fin de consolidarse entre el público vasco. Ofrecerá experiencias como esquiar al alba con opción de desayuno en la parte más alta o anochecer con antorchas. Cuenta con 27 kilómetros de estación distribuidas en tres zonas y 30 pistas, además de la zona de El Bosque de Braca para raquetas.
GOURETTE
Construcciones de iglú en familia, scape game en el pisanieves y espeleología invernal, Gourette se abre a mucho más que al esquí a pesar de que el esquí naciera ahí, según sus promotores. Después de que el año pasado renovara sus sillas como la telecabina de Cotch para facilitar la llegada a los 1.600 metros tanto a esquiadores como montañeros, ofrecer forfaits desde los 23 euros para principiantes y 33 euros para los principiantes plus. La programación se complementa con noches en tipis, rutas en raqueta, escalada en hielo o trineo con perros, según Sarah Steil de la Oficina de Turismo del Vallée de Ossau.
ARTOUSTE
Que los valles de la zona tienen un rostro muy humano lo corrobora Jean-Christophe Lalanne, de la Estación de Artouste. “Todo es muy salvaje”, afirma sobre esta estación frente al imponente Midi d’Ossau, cuyas vistas se pueden disfrutar desde la terraza de Sagette, a 2.000 metros de altitud. Se esquía siempre con nieve natural y con aforo limitado. Esta temporada, además, ofrecerá dos nuevos recorridos con raquetas y snowtubing: una modalidad para lanzarse por las laderas en un flotador de grandes dimensiones. Asimismo, según Lalanne, volverán a contar con la opción de cenar en telecabina mientras cae el sol.
LOS ESPACIOS NÓRDICOS
Una de las características del Pirineo Bearnés es que es pionero en los espacios de esquí de fondo y raquetas. Le Somport, por ejemplo, es un espacio abierto todo el año con 34 kilómetros de esquí nórdico. Situado a 1.600 metros de altura cuenta con la posibilidad de pasar la Nochevieja en un iglú. Por otra parte, Issarbe acogerá en febrero el Trail Blanco, carrera de 8 y 14,5 kilómetros que reúne a los amantes de la montaña. Además Iraty, el mayor hayedo de Europa, permitirá combinar los senderos con raquetas con degustaciones de queso y alojamientos “con encanto”.