Las estaciones de esquí alpino de Pierre Saint-Martin y Gourette ya tienen todo listo para arrancar una nueva temporada de nieve y el próximo 3 de diciembre abrirán sus estaciones, al igual que los dominios de esquí nórdico de Le Somport, Issarbe, Bosque de Braca y Iraty. Por su parte, Artouste lo hará el 17 de diciembre) junto a las de esquí de fondo y raquetas.

Régine Cascau, Elorri Puchu, Emma Pujol y Juliette Boiteux, durante la presentación en Pamplona. Javier Bergasa

Entre las principales novedades de esta temporada, donde la Pierre Saint-Martin ofrece por primera vez esquiar al atardecer con antorchas, subirse a un quitanieves para comprender los trabajos de mantenimiento o alojarse en una cabaña de pastor con baño nórdico bajo las estrellas; Gourette, donde se esquía desde hace un siglo, apuesta por facilitar el aprendizaje en el corazón de su montaña con nuevos telesillas y un forfait más competitivo del Pirineo a 17 euros; y Artouste incorpora zonas de freestyle.

 

La Pierre Saint-Martin

Las casas de madera y el bosque forman parte del paisaje de la estación de La Pierre Saint-Martín. P. Quintana

Bajo el Anie-Auñamendi (2.507 m), la estación más panorámica del Pirineo francés, la Pierre Saint-Martin, es una de las más populares entre los navarros por su cercanía, y es que desde Isaba (valle de Roncal) se encuentra a 30 kilómetros. Asentada entre los 1.500 y 2.200 metros de altitud, los esquiadores, ya sean expertos o principiantes, pueden acceder al punto más alto de la estación y disfrutar de la pista Bulevard de los Pirineos. Esta temporada, como novedad, potencia las sensaciones más intensas ofreciendo la posibilidad de esquiar fuera de horario para contemplar los Pirineos al atardecer bajo la luz de las antorchas, sobre una quitanieves durante los trabajos de mantenimiento, así como con una variada agenda de actividades pensada para las familias.

Esta estación ofrece 27 pistas con un total de 27 kilómetros esquiables, divididos en tres zonas de esquí. Y aunque el esquí alpino es el gran atractivo de este lugar, la oferta turística actual ha hecho una clara apuesta por diversificar las actividades para atraer a todos los públicos. Así, es posible practicar también esquí nórdico, paseos en trineos tirados por perros, paseos en máquinas quitanieves, experiencias nocturnas, fat bike, patinete de nieve...

Precios: El forfait de día para principiantes a 23€ y pase clásico a 39€.

Calendario: La Pierre Saint-Martin abrirá sus puertas el 3 de diciembre.

 

Gourette

Una excursión en raquetas entre los bosques de Gourette.

En Gourette nació el esquí en el Pirineo y es que esta estación se encuentra en un circo glaciar que permite gozar de una gran calidad de su nieve. Gourette cuenta, por un lado, con una de las bajadas más bellas con 1.100 metros de desnivel, se llama Pene-Blanque y comienza a 2.450 metros de altitud, y por otro con una zona de aprendizaje más amplias del Pirineo, lo que la convierte en la favorita del público familiar. Este año se ha reforzado su zona de aprendizaje con un nuevo telesilla de Bosses que dará acceso a tres pistas azules adicionales.

En su base, además, este año se podrá seguir disfrutando de actividades como barranquismo invernal, escalada en hielo, trineo de perros y descensos en tirolina. Y para las familias, hay talleres para construir iglús, noches en tiendas tipi y paseos en raquetas.

Precios: Hay nuevas ofertas asequibles a todas las familias desde los 17 euros para principiantes con límites de acceso y desde los 25 euros el forfait para los principiantes plus.

Calendario: Gourette abrirá sus puertas el 3 de diciembre.

En Gourette se puede vivir la experiencia de dormir una noche en un iglú. Fotolia

Artouste

Artouste es considerada la estación más salvaje por su entorno natural, ya que no dispone de máquinas para producir nieve y existe aforo limitado para que todo siga siendo salvaje y sostenible. Además, cuenta con un paisaje de lo más especial bajo el Pic du Midi d ´Ossau.

Dos esquiadores en Artouste, frente al Middi d'Ossau.

Esta temporada continúan con su apuesta por ofrecer espacios freestyle con zonas wellness para todas las familias. Así, el sector de Séous es el favorito de los amantes de la velocidad y los saltos, mientras que hay quien prefiere disfrutar de la nieve sin esquiar, podrá hacerlo en la recién estrenada zona de sauna y spa en el sector Sagette, el punto más accesible de la estación donde realizar los primeros descensos y disfrutar después de las vistas de esta privilegiada estación.

También hay novedades como el Moon bike, que se define entre un Mountain Bike eléctrico una moto de nieve.

Precios: Pase de día clásico a 19€ y pase niño (de los 4 a los 14) a 9€.

Calendario: Artouste abrirá sus puertas el 17 de diciembre.

Más info: www.pirinerobearnes.com

 

Los espacios nórdicos: Le Somport, Issarbe e Iraty

El Pirineo Bearnés cuenta con los espacios pioneros en el esquí de fondo y raquetas de todo el Pirineo donde el paso del tiempo a penas se puede notar en el paisaje, siempre tan alpino y salvaje. Esta temporada, abrirán todos a partir del 3 de diciembre.

Le Somport, en pleno valle de Aspe, espera acoger a 50.000 personas para disfrutar de sus nueve pistas y sus 34 km de esquí nórdico, la segunda mejor taquilla del Pirineo. A 1.600 metros de altitud, este año ofrece también pasar la Nochevieja en un iglú o disfrutar de la nueva zona de bienestar con sauna y jaccuzzi.

Issarbe, junto al pico del Anie- Auñamendi, suma a sus ocho pistas un renovado restaurante Le Grand Tétras con una cuidada cocina local. El 5 de febrero, además, acogerá el Trail Blanco: una carrera de 8 y 14,5 kilómetros que reúne a los amantes de las carreras de montaña, también en su versión más invernal.

Iraty, en el mayor hayedo de Europa, suma a las raquetas y esquís de fondo las salidas en trineos y en todoterrenos eléctricos en busca de rincones nuevos para después alojarse en uno de sus 35 chalés de madera con chimenea y todo tipo de productos locales.

Por último, el bosque de Braca, en la Pierre Saint-Martin, sigue siendo una referencia para aquellos que desean perderse entre árboles en raquetas o esquís de fondo junto al sonido de los perros que arrastran durante toda la temporada a los más pequeños en sus trineos.