El encarecimiento de la vida debilita al ‘Gordo’ de NavidadOskar Gonzalez
Dicen que cada vez está más flaco. Que cada año que pasa va perdiendo ese brillo de ilusión y de fantasía que acompañaba a su nombre: el Gordo. Ahora solo sirve para tapar agujeros. Nada de cumplir sueños, como antes. Y mucho menos pensar que el dinero del primer premio del Sorteo Extraordinario de Navidad pueda cumplir con aquella función de ascensor social que sí tenía en otras épocas: coche, casas, viajes… Toda esa aura de felicidad que envolvía a la persona ganadora ha ido desapareciendo de forma gradual eclipsada en buena medida por crisis varias, IPCs e inflaciones y demás catástrofes ajenas al día a día del ciudadano.
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Los 400.000 euros (328.000 después de pasar por la casilla de Hacienda) ya no garantizan un futuro despejado como décadas atrás. Ahora esa cantidad puede llegar para comprar una casa -depende de cuál sea la localidad o la zona deseada- y nada más; ni coche ni vacaciones. Pero es que en 2008 con ese mismo dinero era posible adquirir una vivienda y cinco vehículos, por ejemplo. Echar la mirada más atrás presenta un escenario todavía más inimaginable hoy en día por las miles y miles de personas que juegan a la lotería en fechas navideñas.
El encarecimiento de la vida, tan silencioso como peligroso, tiene mucho que ver con todo eso. La fruta, el pescado, la ropa,... todo ha visto incrementar su precio de venta año tras año. Todo no. El Gordo sigue anclado en esos 400.000 euros desde 2011 –aquel año no hubo quita al premio– y el coste del décimo, que lleva desde 2008 siendo de 20 euros. Y es en esta ecuación donde entran las administraciones de lotería. En Bizkaia hay 285 puntos de venta, según el último censo. Y, una temporada más, volverá a ser uno de los territorios que más dinero coloque en esa cesta. Este año aún es pronto para tener datos oficiales u oficiosos, pero desde la Sociedad Española de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE) ya adelantaban a DEIA que “la campaña va bien, mejor que el año pasado”.
Año Décimo Premio Gordo Cuánto da de sí
1957 400 pts 3.000.000 pts Diez pisos y diez coches
1967 1.000 pts 7.500.000 pts Doce pisos y veintidós coches
1977 2.000 pts 20.000.000 pts Cuatro pisos y catorce coches
1984 2.500 pts 25.000.000 pts Cuatro pisos y tres coches
1991 3.000 pts 30.000.000 pts Tres pisos y cuatro coches
2008 20 € 300.000 € Un piso y cinco coches
2011 20 € 400.000 € Dos pisos y tres coches
2019* 20 € 400.000 € (324.000 €) Un piso y ocho coches
2022* 20 € 400.000 € (328.000 €) Un piso y seis coches
2025* 20 € 400.000 € (328.000 €) ¿Un piso?
(*) Hasta el año 2013 los premios estaban libres de impuestos. Fuente: Selae, INE, Agencia Tributaria. Ministerio de Transportes y RTVE
Quien sí tiene datos detallados es el INE: la variación del IPC desde diciembre de 2011 hasta octubre de 2024 ha sido de un 26%, y en un porcentaje similar o incluso mayor se han ido moviendo otros productos y bienes de consumo. “De esta manera, añadiendo ese porcentaje a los 400.000 euros para que el Gordo se actualizase conforme a la inflación, el primer premio de la Lotería Nacional debería rondar los 500.000 euros”, apuntaba Borja Muñiz, presidente de ANAPAL, el colectivo mayoritario del sector.
Es decir, la bolsa debería inflarse con 100.000 euros más para tratar de devolver a este sorteo la magia de transformar vidas, como antaño. “Queremos que el Gordo sea un premio que haga cumplir sueños y no sólo sirva para tapar agujeros”, resumía Muñiz después de insistir en la pérdida de poder adquisitivo. “También es cierto que el sorteo por sí solo ya es atractivo porque se mueve sobre todo por la tradición más que por la parte económica. Pero si además de la tradición le añadimos a la parte económica un plus, sin duda sería algo más atractivo”, subrayaba el presidente de este colectivo en declaraciones a DEIA.
113 millones de euros en Bizkaia
Solo en Bizkaia el año pasado se gastaron unos 113 millones de euros en este sorteo de los que fueron recuperados 26 millones de euros. Pero el bombo no gira únicamente los 22 de diciembre. En realidad, durante el año hay otras 102 rifas, algunas de ellas también con carácter extraordinario. La propuesta ya ha sido trasladada a las instancias competentes. Esa, y la correspondiente al incremento del precio de venta del décimo, congelado desde el año 2008 en 20 euros. En este caso la idea es que pase a costar cinco euros más y, de algún modo, pueda ayudar a equilibrar la balanza, tal y como indicaba Muñiz. “Subirlo más de esa cantidad sería completamente inviable”, puntualizaba.
Hace unos años ya se contempló esa posibilidad que, finalmente fue aplazada sine die por el organismo regulador. Del mismo modo, desde ANAPAL tampoco creen que sea conveniente inventar más sorteos extraordinarios. Ahí están los del Niño -“que es muy importante”, reconocía- y los de San Valentín, el del Día del Padre, el del Día de la Madre y el Sorteo de Vacaciones. “Diversificar más esta oferta no sería quizás interesante. Ya hay suficientes sorteos extraordinarios a lo largo del año como para no saturar el mercado”, apostillaba el presidente de ANAPAL en declaraciones a este periódico.
“¿Qué producto o servicio ha mantenido su precio estable durante las dos últimas décadas? Ninguno”, se preguntaba Muñiz. El resultado es que los gastos que genera el sorteo no son compensados. Y eso que se trata del periodo en el que más trabajan, más invierten, más personal contratan y más horas abren para poder atender a la clientela. En algunos casos se traducen incluso en pérdidas. “La red de ventas está sosteniendo el juego público a costa de su viabilidad”, expresaba Jorge Anta, vicepresidente de este colectivo, mayoritario en el sector.