Fundada en 1366, la localidad vizcaina cuenta con uno de los pocos mercados tradicionales de Euskadi. Con más de 650 años de historia, sus orígenes se remontan al momento de la fundación de la villa, allá por el año 1366 cuando la Carta Puebla fundacional concedió a Gernika el privilegio de celebrar un mercado semanal.

Antiguamente, este tipo de ferias se celebraban de manera periódica en fechas señaladas, lucían de forma especial y gozaban de gran popularidad. Así, ocurre con los conocidos mercados del día de Santo Tomás de Bilbao y Donostia, la conocida feria guipuzcoana de Ordizia, y la Arrain Azoka del puerto pesquero de Bermeo, entre otras.

Último lunes de octubre, Gernika, 1996. José Ignacio García Muñoz. Archivo Fotográfico de la Fundación Labayru. Foto: azoka.bbk.eus

Del pasado al presente

La de Gernika contaba todos los lunes con un mercado muy colorido y concurrido. Las baserritarras de la zona llegaban con la vendeja cargada en el burro para venderla ya fuera a particulares, casas de comida o regateras para la reventa. A finales del verano y comienzos del otoño, tenía lugar la gran cosecha de los productos de la huerta como la conocida alubia, los famosos pimientos, además de cebollas, tomate, lechuga, y toda clase de fruta. Entonces, el mercado - plazea o la plaza como se le llama de forma coloquial -, cobraba un sentido especial, atrayendo a vendedores y gentes de otros lugares.

Todos los lunes de octubre eran destacados, pero sobre todo el primero y el último. El primero se celebraba después de la festividad de la Virgen del Rosario (7 de octubre), que más tarde pasaría a ser el primer lunes después del domingo del Rosario (primer domingo de octubre). En ambas fechas, se celebraban partidos de pelota, pruebas de arrastre de bueyes, fuegos artificiales y otras muchas actividades y atracciones de la gastronomía, deporte, tradición y cultura vasca.

Lunes Gernikes, Kolperik ez

Al ser Gernika-Lumo cabeza de la comarca de Busturialdea, la villa siempre ha destacado por su comercio y casas de comidas. En este sentido, la feria agrícola, que tiene lugar diariamente pero con una incidencia particular los lunes, es uno de los aspectos más sobresalientes de su vida vecinal. Cada lunes, se reúnen en el mercado compradores y vendedores de productos agrícolas de toda la zona. Tanto es así que hay un dicho popular en castellano y en euskera que reza; lunes gernikes, golperik ez (el lunes gernikes, no se pega golpe), para sobrellevar mejor la semana.

A día de hoy, la fiesta del último lunes ha cambiado, el recinto se ha ampliado a todo el pueblo y aunque ya no es una celebración reservada a los vecinos y vecinas de la comarca, para los gernikeses es la fiesta del año por excelencia. No es de extrañar que la feria haya sobrevivido hasta hoy, ya que sigue manteniendo todo su esplendor y reuniendo todos los años a miles de personas de todos los lugares. Ese día, la música y las voces del gentío se mezclan con el aroma de la comida, el ambiente de las exhibiciones y el jolgorio popular y alegre, creando una atmósfera vibrante y llena de energía.

El tradicional mercado atrae a miles de personas por la calidad de los productos a la venta y el ambiente festivo. Foto: Borja Guerrero

Feria agrícola

Desde primera hora, los y las productoras preparan y decoran sus puestos de manera muy singular y creativa; pimientos rojos, verdes y cabezas de ajos en forma de ikurriñas acompañan a los productos autóctonos para proceder a su venta por las diferentes calles del centro de la villa; Artekalea, Industria, Juan Calzada, San Juan, Pasealeku y Domingo Alegría.

Uno de los principales atractivos de la feria es el concurso y la exposición de queso, junto con la de txakoli de Bizkaia, miel, flores, frutas y hortalizas. Tras la cata del jurado, la entrega de premios suele tener lugar sobre el mediodía delante de la popular fuente del Mercurio. A continuación, se celebra la subasta benéfica de la mitad del queso ganador, uno de los momentos más populares del día, llegando a alcanzar pujas de miles de euros.

Qué comprar

El último lunes de Gernika es uno de los mejores días del año para degustar y hacerse con productos típicos y de calidad de todo el territorio. La oferta, variada y completa, incluye todo tipo de hortalizas y frutas frescas, sidra, pan, dulces, rosquillas, verduras, paté, conservas, productos con Eusko Label de calidad, alimentos de agricultura ecológico, y mucho más. De entre todos ellos, la alubia de Gernika es la protagonista indiscutible, siendo esta época del año la fecha de comienzo de la temporada de este producto tan característico.

Consejos para disfrutar de la feria

  • Ir temprano, dejar el coche en casa y viajar hasta la localidad en transporte público si es posible.
  • Llevar calzado cómodo para recorrerse todos los puestos durante el día.
  • Animarse probar cosas típicas como el talo con chorizo, morcilla, txistorra, bacon, queso, lomo o hasta chocolate y los pintxos de queso Idiazabal, paté, gildas, conservas... todo esto regado con un buen txakoli o una botella de sidra fría y de postre, un buen trozo de pastel vasco tradicional, miel, frutas y demás productos provenientes del territorio.


El público también puede contemplar el proceso de elaboración de los productos de artesanía vasca y la exposición de maquinaria agrícola mientras bertsolaris, trikitilaris y pasacalles amenizan la jornada. Asimismo, el programa incluye actividades deportivas como partidos de cesta punta y mano y ambiente fiestero nocturno en las txosnas, situadas en la Plaza de los Fueros, Pasealeku y calle Ciutat de Berga, hasta altas horas de la madrugada.