El centro Santa Clara de Portugalete acoge una exposición sobre el hundimiento del ‘Elanchove’
La muestra podrá visitarse hasta el domingo en la noble villa jarrillera
El 25 de octubre de 1936, mientras hacía una travesía entre Bilbao y Cardiff para transportar hierro, se hundía el Vapor Elanchove, un barco que estaba incautado por la república. Han pasado casi 89 años desde este hundimiento que se cobró la vida de 41 personas y en el que tan sólo hubo un superviviente y los familiares de las víctimas siguen buscando la verdad de lo que ocurrió. Para seguir buscando esclarecer los hechos, hasta este viernes se podrá ver en el centro cultural Santa Clara de Portugalete una exposición que relata los hechos, presenta a las víctimas y muestra tanto documentos oficiales, como recortes de prensa de la época. Esta muestra sirve de aperitivo de la Feria Marítima organizada por la Cofradía de Navegantes y Mareantes que se celebrará desde este viernes y hasta el domingo en la noble villa jarrillera.
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En esta muestra realizada con la información obtenida por la Asociación Vasca de Capitanes de la Marina Mercante y de la comisaria de la exposición, Idoia Ibáñez, se refuta por completo la versión oficial del hundimiento. Y es que la causa trasladada por las autoridades fue el mal tiempo, algo que queda completamente desacreditado viendo los partes meteorológicos de aquel día de octubre de 1936. Ese parte meteorológico se puede ver en esta exposición. “La versión oficial del hundimiento es la única que no encaja con lo que pudiera haber ocurrido, hay otras dos hipótesis, que se hubiera roto el casco o que hubiera colisionado con una mina. Pudo ocurrir lo que fuera, salvo mala mar”, explicó José Antonio Abaroa, nieto de Fernando Abaroa, capitán del Elanchove.
Ocurriera lo que ocurriese, lo cierto es que sólo hubo un superviviente, el marinero palmeirense José Betanzos, quien permaneció durante 26 horas aferrado a un salvavidas en las frías aguas hasta que fue rescatado por el pesquero Mariette de La Rochelle. De hecho, su declaración tras el siniestro es una parte importante de la investigación de estos hechos. “Con esta exposición queremos que se divulgue esta historia, que los visitantes saquen sus propias conclusiones y se avance en la búsqueda de justicia para los familiares de las víctimas”, apuntó Estibaliz Freije, edil de Cultura del Ayuntamiento de Portugalete. Precisamente, entre la tripulación del Elanchove había un portugalujo, el primer oficial del barco, José Antonio Larrauri. “José Antonio Abaroa se puso en contacto con nosotros y empezamos a destapar una caja de pandora maravillosa. Porque nadie sabíamos nada de lo que había ocurrido con nuestros familiares. Todo había quedado en que, en nuestro caso, nuestro tío José había muerto en la mar en un accidente. Nada más. Para nosotros es muy importante que la exposición esté aquí en Portugalete porque emocionalmente nos parece increíble y creemos que es muy importante hacer memoria histórica ”, apuntó Amaia Lertxundi, sobrina-nieta de José Antonio Larrauri.
ROMPER EL SILENCIO
Esta exposición que, previamente, ha estado en otras localidades de Bizkaia como Elantxobe y Plentzia, también ha servido para romper el silencio que, durante décadas, ha imperado en las familias de los fallecidos en este hundimiento. El silencio de la primera generación llevó al desconocimiento total por parte de las siguientes generaciones, algo que, ahora, con el desarrollo de esta exposición que está muy viva, se ha terminado. “Seguimos buscando documentación. Si hay alguien que nos pueda facilitar más documentación sobre este hundimiento, estaríamos encantados”, señaló Idoia Ibáñez, la comisaria de esta exposición que busca encontrar la verdad del hundimiento del Vapor Elanchove.