Karrantza sigue formándose frente a fuegos forestales
Protección Civil devuelve la visita que bomberos de Portugal realizaron al valle encartado en marzo
Después de un verano devastador en el Estado, Bizkaia afronta en otoño la época más sensible en lo que a incendios forestales se refiere. Unos fuegos de comportamiento cada vez más impredecible, como se pudo comprobar en el que se desató el 23 de octubre de 2022 en Balmaseda en plena celebración de las fiestas patronales de San Severino y su concurso de putxeras.
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Hace tiempo que el Cuerpo de Voluntarios de Atención a Emergencias SOS Karrantza los ha convertido en una de sus prioridades en el municipio más grande de Bizkaia cercano a los 140 kilómetros cuadrados y con más de cincuenta núcleos de población muy dispersos entre sí. En marzo fueron anfitriones de una jornada formativa teórica y práctica a la que acudieron otras dotaciones y bomberos de Portugal. En mayo les devolvieron la visita para participar en el primer seminario hispano luso de bomberos voluntarios y han tomado nota de lo escuchado y entrenado.
En Portugal saben lo que es sufrir la voracidad de las llamas. “El año pasado” pelearon contra “una sucesión de incendios bastante importante; da gusto ir con ellos porque aplican otro método de extinción totalmente diferente”. Para empezar, “aunque luego se emplee un procedimiento más estandarizado y maniobras muy similares, allí disponen de muchos más medios”. “Hablamos de mínimo veinte personas en una primera tanda de salida”, con un relevante peso de los bomberos voluntarios, concreta Rubén Freire, jefe de la dotación encartada.
Se trata de “un país muy verde, con gran cantidad de masa forestal probablemente menos cuidada que la nuestra y de ahí les puede venir esa concienciación”. Allí “hay un parque de bomberos que perfectamente puede ser igual de grande que cinco nuestros en Euskadi”. Abarcan “treinta vehículos, realizan un despliegue enorme”.
Entrenamientos
En las jornadas en Portugal también incidieron en el trabajo físico practicando “maniobras de autoprotección en una situación de atrapamiento y cómo lo habríamos resuelto si hubiera heridos en esas circunstancias o cómo nos manejaríamos para atender hemorragias y hacer un triaje”.
En esos momentos límite es crucial “aprender a calibrar la importancia, cuál se puede salvar y cómo”. Una tesitura “complicada la de decidir sobre el terreno, por eso resulta imprescindible que la gente esté concienciada de que con recursos básicos hay que centrarse en lo que se necesite, siempre pensando en salvar vidas”.
¿Recomendaciones a las personas que se encuentren cercadas por el fuego? “Depende de cada caso particular”, pero es esencial “tratar de mantener la calma y pensar”. Las huidas masivas cuando el peligro se vislumbra en el horizonte “también pueden entrañar su parte negativa en el sentido de que se colapsen las salidas”, por lo que se recomienda “contactar en primer lugar con los servicios de emergencias, cerrar puertas y ventanas y, si la ayuda no llega”, algo extremadamente poco probable, asegura, intentar evacuar de la manera más tranquila” que permita la gravedad del contexto.
Repetir anualmente
En Portugal pudieron comprobar cómo se valora desde fuera la labor desarrollada en Karrantza. Les consta que “se marcharon con muy buen sabor de boca”. Les sorprendió “favorablemente que en áreas rurales dispongamos de este tipo de equipos, somos un parque pequeño con dos vehículos preparado para una primera intervención” hasta que se suman los refuerzos “y en el caso de ellos, lo contrario”. De cualquier manera, siempre se pueden extraer enseñanzas de una a otra dotación. De ahí que proyecten repetir el intercambio con carácter anual incorporando nuevas experiencias, como el apagón, que en Karrantza no cogió por sorpresa.