El sindicato agrario ENBA tilda de “escabechina” los ataques a ganado registrados en Karrantza, que atribuyen a los buitres en vídeos subidos a las redes sociales. “La superpoblación en áreas determinadas de Bizkaia está provocando que desarrollar actividad, sobre todo montañosas, sea cada vez más traumática y peligrosa, cambia sus hábitos convirtiéndolos en depredadores”. Por ello, instan a la Diputación a “tomar medidas” con carácter urgente. Desde el departamento foral de Medio Ambiente aseguran que no constan denuncias y que, en cualquier caso, el peritaje practicado “no es concluyente” en cuanto a la autoría y circunstancias de las muertes.
Fuentes de la Diputación explican que, en cuanto a las medidas solicitadas, se recomienda que los ganaderos se mantengan vigilantes, ya que poco más margen queda para contener los ataques, si se tratara de los buitres. “No se les puede limitar el vuelo”, añaden, precisando que el valle encartado cuenta con un comedero en los montes de Ordunte.
El sindicato ENBA expone que la sobrealimentación a lo largo de los años provoca que su población “haya aumentado demasiado para la capacidad de producción actual de carne de exterminio”. En consecuencia, “las muertes naturales de animales salvajes y domésticos no son suficientes para mantener la población de buitres que tenemos hoy en día”. Se preguntan: “si los atraemos, se quedan con hambre y, además, han adquirido hábitos de depredación, ¿dónde se producirán los ataques?”
Avistamientos
Además, en el caso concreto de Karrantza “para complicar aún más la situación ha aparecido una iniciativa lúdica en la que se ofrecen avistamientos mediante trapisondas”. Es decir, se esparce carne “con el objetivo de emular el fallecimiento de un animal” y atraer a los carroñeros “mientras hay personas que pagan para poder observarlos y fotografiarlos”. ENBA considera que la actividad “no solo es lesiva, sino que resulta incluso ofensiva para los baserritarras” que asisten impotentes a un ·incremento exponencial de los ataques a animales vivos”. Por ello, proponen “una campaña de extracción y reubicación en otras áreas”, siguiendo los ejemplos “exitosos” de Extremadura o Cerdeña”.