Las familias que han acudido la mañana de este domingo a disfrutar junto a sus hijos del buen tiempo en el céntrico parque de San Roque, en Portugalete, no podía creer lo que estaban viendo al llegar allí. Un colchón en los bajos de uno de los columpios, con manta y cabecero de cama incluído. "Siempre ha habido personas sin hogar durmiendo en este parque y, aunque no nos gustaba en exceso porque es una zona dedicada a los niños, nunca nos habíamos quejado, pero es que la situación de ahora es insostenible", denuncia Borja López, uno de los padres que se encontraba en el parque.

El parque, ubicado junto a la estación de metro de Portugalete, lleva acumulando quejas desde su construcción. Junto a él se encuentran el centro social, el aula joven, el aparcamiento y la ermita. Las goteras en los locales comerciales han sido una constante desde la inauguración de este céntrico espacio, el suelo del parque acumula agua día tras días, creando charcos que dificulta el juego de los niños, haciendo brotar zonas con verdín que se convierten en lugares especialmente peligrosos para los menores. "Hay esquinas en las que mi hijo sabe que no tiene que pisar porque se cae seguro, resbala muchísimo y es algo que a mi parecer no debe entrar dentro de lo normal en un lugar dedicado a los niños", explicaba una amatxu que se encontraba el domingo también en el parque.

Zona encharcada en el parque de San Roque. Cedida.

Además de las zonas resbaladizas, el estado del pavimento de caucho instalado para amortiguar las caídas es, denuncia López, "de vergüenza". "Siempre intentamos evitar este parque porque está en unas condiciones deplorables, pero al estar es una zona que es muy de paso, muchas veces la niña quiere ir a jugar y es difícil decirle que no porque ella no ve como nosotros las condiciones en las que está", explica. "Es un parque grande, con muchos columpios y eso atrae mucho a los niños", matiza. Sin embargo, asegura que el estado de conservación de estos es "lamentable".

Zona de botellón y de descanso para los 'sintecho'

Las familias de la localidad jarrillera reconocen que el parque infantil de San Roque siempre ha sido un lugar "poco cuidado" para los pequeños. Denuncian que es punto de encuentro para jóvenes los sábados por la noche, algo que supone encontrarse muchos domingos con botellas y latas de cerveza por el suelo, y espacio para dormir de las personas sin hogar. "Antes dormían en las zonas del parque que cuentan con techo, las que dan acceso al parking de abajo, pero como han vallado esa parte que les daba resguardo, se meten donde pueden", explica Greta, otra madre que lamenta el estado del parque. A su vez, reconoce que "no es lugar para dormir". "El Ayuntamiento debería hacer algo", señala esperanzada.

Zona vallada en la que las familias aseguran que antes dormían las personas sin hogar. Cedida

"Es hasta peligroso"

Junto a los columpios se encuentra gran montaña de objetos de las personas sin hogar que pernoctan en San Roque. Son bolsas con ropa, colchones para perros, objetos de todo tipo, incluso un biombo que utilizan para tener algo de intimidad. "Eso es hasta peligroso para los niños porque a saber qué hay ahí dentro", señalan preocupadas las familias.

Enseres acumulados junto a los columpios. Cedida.

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Elvira e Imanol también claman al cielo con la situación que se vive en este parque jarrillero. "Antes solíamos ir más a menudo con nuestra hija, pero debido al mal olor y a que siempre estaba sucio dejamos de ir tan frecuentemente", explican. Llevan cinco años viviendo en Portugalete y aseguran que la situación del espacio infantil se ha ido deteriorando cada vez más. "La situación actual es vergonzosa", reconocen.

Esta situación, explican, supone para ellos dejar de acudir "de manera definitiva" a este parque. "Es una situación que provoca inseguridad, riesgo a contraer cualquier virus debido a la suciedad, e incluso piojos y chinches, es una verdadera vergüenza cómo está ese parque y que el Ayuntamiento lo deje estar", lamentan. "Por no hablar del resto de los parque, columpios rotos, la goma del suelo rota, sucios y absolutamente desfasados con la época que vivimos", sentencian.