La Diputación analizará la posibilidad de cubrir la autopista A-8, a su paso por el barrio de Rontegi, en Barakaldo, para minimizar las molestias por el ruido a los vecinos cuyas viviendas miran a la infraestructura. Y es que temen que, debido a la ampliación de los carriles, la contaminación sonora se dispare.
Desde EH Bildu se interpeló a la institución foral sobre cómo va a responder a la moción aprobada en el Ayuntamiento de Barakaldo, en el que los vecinos solicitaban que se cumplieran las medidas correctoras del proyecto en relación a los impactos medioambientales que genera el tráfico y que se llevara a cabo un estudio de viabilidad sobre el cubrimiento del tramo correspondiente a la zona de afección a las viviendas. “Hay que ser ambiciosos y no poner parches”, apeló su apoderado Raúl Méndez, ya que la ampliación de carriles “tal vez mejore la fluidez del tráfico pero va a empeorar la calidad de vida de las personas que viven en el entorno”.
Actualmente, los vehículos que atraviesan el puente de Rontegi hacia Ezkerraldea disponen de cinco carriles al terminar este: dos hacia Barakaldo, otros dos para dirigirse hacia Santander y el quinto para Bilbao. Para corregir esa distribución descompensada, ya que hay más coches que se dirigen hacia Bilbao que los que toman la salida para Barakaldo, y habilitar un arcén inexistente en la actualidad, para que los vehículos puedan estacionar en caso de sufrir un accidente, se va a ampliar la plataforma por la que discurre la carretera. Se mantendrán los cinco carriles actuales, pero destinando dos para Bilbao, otros tantos para Santander y el último para Barakaldo; se ganará un arcén de tres metros de ancho en la zona derecha de la vía, y se habilitará además un cuarto carril en el puente sobre la calle Buen Pastor, la que une el barrio de Lutxana con la zona del BEC.
Mejoras añadidas
El diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Carlos Alzaga, explicó que, además de las alegaciones incorporadas al proyecto, se han establecido mejoras para evitar los daños a los vecinos. Entre ellas, citó la elevación de las pantallas acústicas para mitigar el ruido en un metro hasta alcanzar los cuatro metros de altura, una pequeña cubierta superior de 0,5 metros hacia un lado que se añadirá a las mismas y un tratamiento del asfalto para reducir el ruido a tres a cinco decibelios. Asimismo, el proyecto prevé una línea de ayudas para acometer obras de aislamiento en las viviendas, sobre todo para el cambio de ventanas de habitaciones y salones.
En cuanto a la cubrición del tramo, señaló que se va a contratar un estudio que “analice las alternativas con los mapas de ruido y viabilidad que tenga ese proyecto” para transmitirlo al Ayuntamiento de Barakaldo. Alzaga fue cauto a la hora de dimensionar el tramo a cubrir, ya que “será el proyecto el que lo señalará, sean 250, 500 o 100 metros. Dejemos a los técnicos trabajar”, abogó.