Es el punto más crítico de toda la red viaria de Bizkaia y, hasta que el túnel bajo la ría esté completado para ofrecer una alternativa de paso entre ambas márgenes, va a ser necesario seguir llevando a cabo actuaciones que permitan aliviar el paso de los miles de vehículos que utilizan el puente de Rontegi cada día. La siguiente, iniciada ya esta semana, será la ampliación de la calzada una vez superado el viaducto en sentido Bilbao y Cantabria: permitirá habilitar un arcén en el que los vehículos averiados puedan estacionar sin afectar a la circulación y redistribuir los cinco carriles existentes, de forma que el desvío hacia la capital vizcaina cuente con dos.
Actualmente, los vehículos que atraviesan el puente hacia Ezkerraldea disponen de cinco carriles al terminar este: dos hacia Barakaldo, otros dos para dirigirse hacia Santander y el quinto para Bilbao. El problema, según ha explicado este jueves el diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Carlos Alzaga, es que esa distribución está "descompensada" respecto a los flujos reales, ya que hay más coches que se dirigen hacia Bilbao que los que toman la salida para Barakaldo. Además, no se dispone de arcén, por lo que cualquier accidente o avería provoca "un colapso del tráfico en cadena" al no poder retirarse y quedar ocupando carriles de circulación. "Es una zona que sufre congestiones todas las mañanas", ha admitido Alzaga, por lo que se proyecta una actuación "quirúrgica" para reducirlas y beneficiar a los 175.000 vehículos que utilizan el puente de Rontegi a diario, un 6,8% de ellos pesados.
Para ello, en primer lugar se mantendrán los cinco carriles actuales pero su distribución será diferente: habrá dos para Bilbao, otros dos para Santander y uno para Barakaldo, que "no saldrá perjudicada" con esta operación, según ha asegurado el diputado foral, ya que este se separará en dos nada más segregarse de la carretera. Pero, al ampliar la plataforma, se ganará también espacio para habilitar un arcén de tres metros de ancho en la zona derecha de la vía para que pueda retirarse cualquier vehículo que tenga un problema "y de esta forma no entorpezca el tráfico". Con esta ampliación se habilitará además un cuarto carril en el puente sobre la calle Buen Pastor, la que une el barrio de Lutxana con la zona del BEC.
Pantallas acústicas
Esa ampliación se realizará con un voladizo, sobre el que se habilitará ese arcén. De hecho, Alzaga ha afirmado que el tráfico en sí no se acercará a las viviendas que existen en la zona más allá de 75 centímetros, "una distancia bastante pequeña". A pesar de ello, se van a instalar pantallas acústicas para minimizar las molestias a sus vecinos, "evitando ruidos, visión, polvo y que algún conductor tire algo por la ventanilla y caiga a la zona de abajo". La zona inferior del voladizo, por su parte, mantendrá las plazas de aparcamiento actuales y ganará en iluminación y zonas verdes. Finalmente, la actuación se aprovechará para renovar completamente la capa de rodadura, mejorando los estándares de seguridad de la vía.
Los trabajos, que ya han comenzado esta semana con el pintado de las líneas amarillas que señalizarán los cambios de carriles, se prolongarán durante 21 meses y supondrán una inversión de 12 millones de euros, cofinanciados con fondos europeos y forales. Dada la envergadura del proyecto y el importante volumen de vehículos que circula a diario por la zona, la obra se realizará en varias fases. Habrá diferentes cambios de carriles para la circulación en función de las necesidades de los trabajos y también labores nocturnas para minimizar las incidencias en el servicio.